Zenobio Fortún, 50 años trabajando por la educación

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

En el sexto mes del año, es menester rendir un homenaje a los maestros bolivianos que de manera esforzada entregan alma, vida y corazón a la enseñanza de sus alumnos, quienes los ven como a unos segundos padres, pues la relación no se limita únicamente a la transmisión de conocimientos, sino a una relación tipo familiar, ya que durante todo un año comparten muchas anécdotas, unas buenas y otras no tanto.

Uno de ellos es el profesor Zenobio Fortún Fernández, quien se ha dedicado a la educación, de niños y adolescentes, este 2019 se plasma una de las metas que se propuso hace 50 años, cuando empezó a fungir como maestro de primaria, llegar a cumplir sus Bodas de Oro ejerciendo su profesión.

�?l empezó a trabajar desde sus 14 años de edad en la Contraloría, donde ganó vasta experiencia en contabilidad, sin embargo, su pasión por la docencia le impulsó a inscribirse en la Escuela Normal Mariscal Sucre, en la ciudad de los cuatro nombres, de donde egresó en 1969.

Su carácter extrovertido, persistente y su responsabilidad le ayudaron a conseguir trabajo rápidamente, pues al año siguiente, en 1970, se muda a Potosí, para enseñar a niños de las escuelas "6 de Junio" y "Franz Tamayo" ambas ubicadas en el distrito minero de Siglo XX, dependientes de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).

En 1987, con la relocalización minera, Fortún tuvo que buscar otros rumbos, y Oruro fue el siguiente destino, porque en 1988 empezó a desempeñar funciones como maestro en la unidad educativa España, hasta 1992; en los 28 años siguientes trabajó en la unidad educativa nocturna "Emilio Vásquez", donde dictó Matemáticas y Lenguaje, a adolescentes del nivel intermedio.

Mientras ese establecimiento cerraba por falta de alumnado, la unidad educativa nocturna Ejército Nacional, donde continúa trabajando, le abría las puertas, para enseñar a niños y adolescentes en primaria.

Para este maestro, la vocación de servicio, la paciencia para enseñar, y la técnica (Didáctica, Pedagogía y Psicología) han sido sus pilares para llegar a sus Bodas de Oro, ejerciendo como maestro. Con lágrimas en los ojos recuerda a sus maestros y docentes de la Normal de Sucre, a quien, dice él, les debe bastante, porque gracias a sus enseñanzas llegó a cumplir sus objetivos.

Sin lugar a dudas, su trabajo no pasa desapercibido para quienes fueron sus alumnos, no por nada, hace algunos meses atrás, le hicieron una cena sorpresa, hombres y mujeres ya profesionales llegaron desde el extranjero y el interior del país, para compartir un momento con él y agradecerle por las enseñanzas.

Verlos convertidos en mujeres y hombres de bien, es una de sus satisfacciones, pero también es reconfortante saber que sus actuales alumnos salgan del aula aprendiendo.

"Me llena de satisfacción avanzar un tema y cuando pregunto, me responden correctamente, en ese momento me siento pleno, y feliz", aseveró.

No sólo se dedicó a la docencia, también ocupó cargos administrativos en la Escuela Superior de Formación de Maestros "Ángel Mendoza Justiniano", además de cargos directivos en la Aduana.

A sus 80 años, el tiempo parece no haber pasado para él, aún tiene fuerza y salud, como para seguir muchos años más, pero su compromiso con la educación y el estudiantado, le sugieren dejar el magisterio.

"Como ya cumplí con mi objetivo de llegar a mis Bodas de Oro, ya es tiempo de jubilarme, y dar paso a las nuevas generaciones que también tienen ganas de educar", finalizó.

Fuente: LA PATRIA