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Domingo 16 de junio de 2019

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Revista Dominical

No hay límites para los sueños

16 jun 2019

Josué Vidal y su historia de vida muestran que el límite lo ponen las personas y no las adversidades ? Por: Alejandra Montecinos Juaniquina

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Josué Vidal Blass es un orureño de corazón, nació en esta tierra y a sus 14 años se trasladó a Sucre, por problemas económicos, poco después, retornó a su ciudad de origen porque el destino así lo quiso, volvió para encargarse de sus gemelos que habían sido abandonados en un albergue.

Su historia de vida es un claro modelo de esfuerzo, perseverancia, lucha, fuerza de voluntad inquebrantable y superación, dones con los que no muchas personas cuentan pero que hacen de Josué y su historia un ejemplo para futuras generaciones.

Aunque su vida no estaría llena de alegrías, una desgracia marcaría su existencia cuando perdió ambas manos tras la celebración de un Año Nuevo para el olvido.

Desde muy joven mostró ser un apasionado por el deporte, integró la selección de básquetbol de su colegio, y también demostraba habilidades en otros deportes como fútbol de salón, wally, raquet y voleibol, este y otros motivos hicieron que nuestro protagonista busque la manera de establecerse en la ciudad que lo vio nacer, es así que emprendió un proyecto propio, actualmente denominado "Salteñas El Hornito" que con anterioridad solo atendía los pedidos de unidades educativas, pero ahora se expandió por el delicioso sabor de su producto.

Desde muy joven mostró ser un apasionado por el deporte, integró la selección de básquetbol de su colegio, y también demostraba habilidades en otros deportes como fútbol de salón, wally, raquet y voleibol, este y otros motivos hicieron que nuestro protagonista busque la manera de establecerse en la ciudad que lo vio nacer, es así que emprendió un proyecto propio, actualmente denominado "Salteñas El Hornito" que con anterioridad solo atendía los pedidos de unidades educativas, pero ahora se expandió por el delicioso sabor de su producto.

LO TRÁGICO

El festejo de Año Nuevo de 2010, fue algo que marcó la vida de Josué, ese 1 de enero, perdió las manos luego de manipular un petardo, fueron minutos de terror, pues, ya que pese a tener las manos destrozadas, recuerda cómo peregrinó por atención médica adecuada. Ese día, cuando el sol ya aparecía, él perdía el conocimiento en un centro médico de la ciudad, pues ya no aguantaba la gravedad de las heridas que necesitaban urgentemente una intervención quirúrgica.

Tras la amputación de sus manos, recuperarse de esas lesiones no fue fácil, pues incluso el roce de las prendas de vestir le causaba dolor, debido a que las terminaciones nerviosas estaban tensionadas, lo que le impedía realizar sus habituales acciones. Ese tiempo le sirvió para unirse más a su familia porque nunca lo dejaron solo.

Fue gracias a ese apoyo que obtuvo más valor, porque ellos generaron un sentimiento de superación, sus hijos Jhack Marcelo y Jhack Mauricio también jugaron un papel importante.

Una de las preocupaciones más grandes que pasaba por su cabeza en esos momentos, era las limitaciones que se tiene cuando se pierden las manos, lo que le impediría incluso retomar su vida cotidiana en el ámbito deportivo, en especial, volver a manejar un coche de carreras, otra de sus pasiones, después se daría cuenta que estaba equivocado.

La fisioterapia que recibió durante al menos un año, le sirvió para parar el dolor y acostumbrarse a su nueva vida.

De acuerdo a lo manifestado por Josué, en la actualidad cumple con el 80 por ciento de lo que hacía antes del accidente, su día empieza a las 05:00 horas, minutos después de despertarse, se alista para ir a su negocio, prende el horno para preparar las salteñas y atiende la salteñería hasta las 14:00 horas, en la tarde, va al mercado y realiza compras para el día siguiente, llega a su casa a las 16:00 horas y recién almuerza con su esposa, Gabriela Rodríguez, pilar fundamental en esta etapa de su vida. En la actualidad, además de Marcelo y Mauricio, sus dos hijos menores también lo acompañan en las buenas y las malas, Lindsay y Yamir.

"A mí me gustan las carreras de autos y fui al Dakar el 2011 a Perú-Chile, era un año después de mi accidente, no sabía con quién ir, mis hijos eran pequeños y no quería perjudicarles en el colegio, me fui con varios amigos como Leo Mayta y otros cercanos, me encontraba avergonzado porque tenía que pedir un favor y otro favor incluso para poder comer", recuerda Vidal.

UNA DE SUS PASIONES

Actualmente, retomó una de sus más grandes pasiones como es el automovilismo, ya participó en dos carreras con su Toyota Corolla que ahora lo acompaña en sus nuevos desafíos.

Admitió que la primera vez que corrió, después de su accidente, le costó acostumbrarse al vehículo, pero que poco a poco ya se habitúa a la máquina. Entre los mensajes más importantes que deja es que cuando uno se da modos consigue todo lo que se propone, claro ejemplo es el que hizo en su coche de carreras, pues tiene algunos pequeños ajustes en la suspensión y la caja de cambios.

A pesar del escepticismo y el temor de algunas personas fue Reynaldo Mamani, su mecánico, quien le dijo las palabras correctas para darle ánimos de seguir su sueño y juntos consiguieron volver a las pistas.

Ahora tiene aspiraciones más grandes como correr en circuitos nacionales o internacionales. Un sueño que espera hacerlo realidad pronto, es pilotar su coche en el circuito "Oscar Crespo" de Sucre, quiere volver a la tierra a la cual le tiene mucho cariño.

Las circunstancias de la vida, hicieron que Vidal se fije en otras personas con similares características, es así que adoptó la imagen del francés Philippe Croizon, quien fue el primer corredor sin piernas ni brazos que se enfrentó a la prueba más dura y difícil del mundo de los deportes de motor, el Rally Dakar en 2017. Vidal aún recuerda el momento en el que vio llegar a Philippe a Oruro y expresó su deseo de haberse sacado una foto con él y decirle "felicidades yo también manejo".

El mensaje de vida que Josué deja es "que si alguien tiene alguna discapacidad, que no se quede ahí, todo depende de la fuerza de voluntad que uno tiene, las metas que se trazan hay que cumplirlas si uno dice ´yo quiero hacer esto´, se hace, aunque no tengas una pierna, un brazo, un ojo o una oreja, en la vida no hay que ocultar nuestros defectos como discapacitados, sé de algunas personas que se asustan, eso también me ha pasado, (quiero) decirles no desmayen hay que seguir adelante no porque te falte algo tienes que decir ´me falta una pierna y quiero morirme´, hay que mirar adelante".

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