Los falsos profetas están más cerca del infierno que del cielo
24 jul 2010
Por: Adhemar Ávalos Ortíz
La Patria no se tiene que reducir, en ningún caso, a la violación de las normas de la clase parasitaria o pretendida instancia de dominio del país y de disposición arbitraria de la justicia. El MAS, como el mejor intérprete del “diablo”, ha generado un proceso donde “todo vale en función del interés particular”. Lo que tanto critica lo ha reproducido al máximo en su estirpe prebendal y el autor de este artículo se abstiene de hablar de personas para evitar su encarcelamiento, simplemente proclama su derecho a “disentir con un programa nazi de construcción de Bolivia”, el que es patrimonio de cierta parte supuestamente intelectual de un movimiento que se ha cargado de “taras, u obstrucciones históricas insostenibles”. Y a este proceso de idiotización de la razón se debe decir: “Basta”, con comillas y en castellano, aunque les duela a algunos defensores de culturas ya muertas.
El actual movimiento en función de gobierno es caníbal en el peor sentido del término, ya que, aparte de expropiar las ideas del verdadero socialismo, de apoderarse torpemente de las reivindicaciones de los íconos de la Revolución como el Che Guevara, prostituye su pensamiento a título de un “cambio absurdo”.
Los masistas han violado su propia Constitución y la han convertido en un documento irrelevante ya que la interpretan de acuerdo al movimiento del tiempo político, como si fuera una morenada o cumbia, aprovechándose de una oposición insípida que en realidad se ha convertido en el sustento débil, pero final, de su propio proyecto, el del MAS, aunque se manifieste lo contrario.
En el Parlamento, que es su plaza de esparcimiento, se han cometido los peores crímenes políticos, se ha doblegado el brazo de sujetos que han estado comprometidos con regímenes de derecha y aclaradamente fascistas, pero el actual régimen, a pesar de que afirme lo contrario, es plenamente sinvergüenza y estafa al pueblo con sus estulticias aberrantes, con su ofrecimiento falso de bienes y dádivas que llegan solamente en pequeñas proporciones.
Como la máxima señal particular de su acción oportunista y totalitaria, el MAS ha llevado al extremo el asunto de la norma penal del “desacato” para castigar a sus oponentes. ¿Y en qué consiste esta figura? En el hecho de que la víctima, o sea el acusado, está absolutamente indefenso por opinar críticamente y de frente sobre las actitudes de autoridades corruptas y permisibles con la venalidad de ciertos círculos de poder.
¿Y qué raigambre tiene la arbitraria norma? Consiste en su origen malvado. Los llamados, o denominados, “Códigos Banzer” de las épocas de dictadura que el MAS utiliza cuando le conviene, pero de una manera más perversa que sus supuestos enemigos de los que es hermano carnal, en actitudes rayanas en la peor indecencia, critica a la derecha pero la ratifica en sus actos políticos y en la consolidación de sus normas.
La base de la norma del desacato radica en el Art. 162 del Código Penal que se estructuró en un gobierno dictatorial, pero que mataba abiertamente y sin subterfugios, y el MAS utiliza el mismo ordenamiento proclamándose “izquierdista” cuando incurre en las mismas aberraciones que critica y condena ladinamente.
Y no es el único caso, en los últimos meses el movimiento de marras ha aprobado varias leyes que descaradamente violentan el propio espíritu de su Constitución, que no es la de los verdaderos bolivianos, además de su propia letra. No obstante, en su propia acción se hundirá el movimiento negro, azul y blanco.
(*) Politólogo
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