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Domingo 09 de junio de 2019

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Revista Dominical

Viaje al pasado

Oruro en 1909, evidencia de un plano comercial

09 jun 2019

Fuente: LA PATRIA

Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Cuánto no quisiéramos volver al inicio del Siglo XX, para ver a un Oruro pujante y admirable, darle una visión de ciudad moderna, cosmopolita, pero sólo será un deseo que caerá en el mar de la utopía para perderse en el tiempo y morir en el recuerdo.

Sin embargo, ese sentimiento de tener una ciudad distinta llega a nuestra memoria, con vestigios que nos hacen anhelar lo manifestado.

Es la familia Cárdenas Durán que posee entre sus tesoros, un cuadro enmarcado del plano de la ciudad de Oruro de 1909, una guía comercial, que denotaba que en esa época la urbe gozaba de una interesante actividad económica, accionada principalmente por gente foránea que creyeron en el desarrollo de la Alta Tierra de los Urus.

Desde el 1 de Noviembre de 1606, cuando la ciudad fue fundada por don Manuel de Castro Castillo y Padilla, Oruro siempre se caracterizó por ser una tierra de extranjeros, los indígenas eran escasos como gotas que salen de un grifo mal arreglado. El primer orureño nacido en esta tierra, data de 1607 fue hijo de españoles que se llevaron a su corta edad al Perú, según dato brindado por el historiador Javier Cárdenas Medina.

Desde el 1 de Noviembre de 1606, cuando la ciudad fue fundada por don Manuel de Castro Castillo y Padilla, Oruro siempre se caracterizó por ser una tierra de extranjeros, los indígenas eran escasos como gotas que salen de un grifo mal arreglado. El primer orureño nacido en esta tierra, data de 1607 fue hijo de españoles que se llevaron a su corta edad al Perú, según dato brindado por el historiador Javier Cárdenas Medina.

Mucho antes del nacimiento de los oriundos, estuvo ocupada por foráneos, españoles, principalmente quienes, para trabajar en las minas del Cerro Pie de Gallo, trajeron para su ayuda a mitayos, indígenas y alguno que otro esclavo de Potosí, que a su vez venía del África. Luego se apoderaron de la vida cotidiana de la urbe, mestizos y criollos, sin que pierda su esencia primigenia, la existencia de extranjeros.

A fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, los extranjeros llegaron a Oruro para establecerse en esta capital, franceses, israelís, húngaros, croatas, eslavos, españoles, ingleses, entre otros.

NEGOCIOS

El respaldo de lo que afirmamos son los nombres de las tiendas que existían en ese entonces y las mencionamos a continuación: Meliton Lemaitre, un almacén de abarrotes, vinos y muebles que eran importados de Viena, estaba situado en la calle Bolívar.

Paul D´alcochete, era una casa de novedades parisienses, además de artículos de belleza para mujeres y niños, perfumería Jones de París y Lumiére de artículos fotográficos.

El Gran Bazar Schwab y Hermanos, ubicado en la calle Junín, traía novedades lo más a menudo posible. E. Torre era lo que hoy conocemos como una comercializadora de minerales, compraba desde plata, estaño, wólfram, oro en grano y plata piña, la dirección era la calle Pagador.

Sastrería de Luis Iraola, un mago de las tijeras muy conocido en esa época, su tienda estaba en la calle Bolívar; confeccionaba trajes exclusivamente con tela importada de Francia e Inglaterra, con el denominado casimir inglés.

También había una cervecería, se denominaba Germania Cala - Cala, era de Hinze y Rodríguez, su depósito estaba en las calles Sucre entre Pagador y Potosí.

En esa época se vendía agua mineral de importación de Taira, República de Chile. La comercialización se la hacía mediante Ernesto Wulff. No podía faltar la carpintería con el taller de ese rubro y fábrica de muebles de Mendizabal & Shaw, cuya tienda estaba situada en la calle Pagador.

En una ciudad cosmopolita no podía faltar una casa importadora de relojes, joyas e instrumentos de música como pianos Schiedmayer y Weber, bajo el denominativo de Schohaus & Cia. "La corona de oro". No se tiene el registro de dónde estuvo ubicada.

Jerman Fricke & Cia, se encontraba en las calles La Plata y Ayacucho, era una casa importadora de toda clase de mercadería, además de dedicarse a la compra de metales.

Harrison & Böttiger era un comercio de importación exportación de minerales de toda clase, además de ser agentes generales de la Dinamita Nobel, con sucursales en La Paz, Cochabamba y Potosí. Una tienda similar era Penny & Duncan, casa exportadora, empresas mineras de Huanuni y Morococala.

Otra comercial era Colsman and Loestmann & Cia., importadora de bayetas marca Edwards y anilina marca Globo.

Los ingenieros también tenían su negocio con Gust. Hinke & Cia. Ingenieros, eran agentes generales de Fried Ktrupp para Bolivia Essen. En esa época ya había agentes de aduana y estaba representada por Broff Shaw y Compañía, comisionistas y consignatarios. La oficina principal estaba situada en la calle Colombia, hoy 6 de Octubre.

R. Valenzuela & Cía., importadores y exportadores de mercadería y abarrotes en general con sucursales en Tacna, Arica, Mollendo, Antofagasta, La Paz, Uyuni y Bellavista. También compraban barrillas de plata al mejor precio.

La Casa de Tezanos Pinto se encargaba de la importación directa de Europa y Norteamérica de artículos para caballeros de alta novedad en artículos, ubicada en las calles Colombia y Alianza, hoy 6 de Octubre y Adolfo Mier.

No podía faltar la Fotografía de J.P. Murillo y Hno., establecimiento antiguo único en el país, además de medallas de oro y diplomas de honor en La Paz desde 1893, situada en la calle de las Artes, actualmente la Soria Galvarro.

José Trullenque & Cía., era otra de las tiendas en la calle Bolívar, con un gran surtido de mercadería en general para señoras, caballeros y niños, además de licores y abarrotes.

La Sastrería Parisiense de G. Martínez, un establecimiento de primera clase, operaba desde la plaza 10 de Febrero, al lado del Banco Industrial. Una tienda que fomentaba la industria nacional era Héctor Ormachea La Paz y Oruro, con productos elaborados en el país, era depósito general de la Cerveza Boliviana Nacional, muy visitada en las calles Bolívar y Colombia.

En la calle Pagador estaba la Fundición y Carrocería Nacional de Telles y Tapia, ahí estaban sus oficinas y talleres. Mientras que la diversión estaba en el Gran Salón de Palitroque de Hermójenes Aillon y Cía., su dirección era las calles Junín y Colombia.

Para el buen vestir hacía presencia Schlüter & Cía., denominados como los sucesores de la Tienda "El Sol", que poseía un surtido general de mercaderías, sus novedades eran para cada estación del año. Adrián Ledo tenía su carpintería y mueblería en la calle Potosí. Mientras que Félix Suaznábar ofrecía su servicio de médico y cirujano, cuyo consultorio se ubicaba frente a la Plaza 10 de Febrero al igual que el Bar "Ofice", otro de los emprendimientos de la época de Lorenzo Lanefranque.

Asimismo, había una Empresa de Teléfonos Peña & Cía. Oruro y Cochabamba, según el aviso. También se consignaba el comercio de Enrique Collazos situado en la calle La Plata. En dicha guía se tenía el registro de "La Publicidad" diario de la mañana, su dirección era la calle Junín.

Pantaleón Soto tenía su Empresa de Coches, así era el denominativo de su negocio, cuyas oficinas estaban en la calle Washington. De la misma forma, había otra empresa de coches de José Luis Angulo, se llamaba así a los talleres mecánicos de entonces, ya que los servicios que ofrecía eran pintado de coches, además del entapizado "al mejor gusto", labor que se realizaba en la calle Potosí.

Una empresa de transporte tenía su aviso, se denominaba "Carretera Tunari", hacía los viajes de la ciudad de Oruro a Cochabamba y viceversa, partía de la calle Colombia.

Dos maestranzas ofertaban sus servicios una de Manuel Zeballos situada en la calle Junín y otra de Sandalio Sempértegui e Hijo ubicado en la Plaza Campero, hoy conocida como el mercado "Narciso Campero".

Para que la ciudad tenga ese estatus no podía faltar una lavandería a vapor, ubicada en la calle Pagador, además tenía baños tibios, fríos y de lluvia.

BANCOS

Esa actividad comercial y económica, no podría estar respaldada sin los bancos que controlaban el movimiento de los habitantes de la urbe orureña, los existentes a principios del Siglo XX eran: El Banco Nacional de Bolivia, cuya oficina principal estaba en Sucre, Oruro era sólo una sucursal. El Banco Industrial tenía la central en La Paz y su oficina en Oruro se situaba frente a la plaza 10 de Febrero.

El Banco Chile Alemán tenía su sede en Valparaíso y Santiago de Chile, las sucursales se encontraban en Concepción, Temuco, Victoria y Antofagasta, su sección boliviana fue situada en Oruro y La Paz. El Banco Mercantil tenía sus oficinas sólo en Oruro y Cochabamba. La central estaba en esta urbe y su propietario era don Simón I. Patiño.

Otro de los bancos extranjeros que operaba en esta capital, era el Banco Alemán Transatlántico, situado en la calle de las Artes, hoy Soria Galvarro.

ABOGADOS

Los abogados también fueron partícipes de esa guía e inscribieron sus nombres: Nataniel Murguía, García Ágreda además era contador, Juan Miranda Calvimonte, Francisco Fajardo, Dámaso Oropeza, Octavio Chumacero, Constancio Rengel cuya oficina estaba en la calle Gobierno, actualmente la Presidente Montes. A ese grupo de leguleyos se unió el ingeniero minero Ramón Arce, quien tenía su "oficina de ensayes de minerales".

Es una guía útil para recordar a la ciudad de Oruro de antaño, cuyos límites eran al Norte la calle Oblitas, al Sur la calle Arce, al Este la calle Tacna y al Oeste la calle Linares, incluyendo el Santuario de la Virgen del Socavón.

Fuente: LA PATRIA
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