Educar es realmente una ciencia y un arte que asumen hombres y mujeres que se alinean en la trinchera del saber, desde donde emiten conceptos y criterios que son la parte importante de la formación de muchas generaciones de alumnos que reciben ese bagaje de experiencias y saberes que sólo los maestros, los profesores, pueden transmitir con solvencia y absoluta responsabilidad.
Condiciones especiales se dan en el difÃcil trabajo de enseñar de modo que los mensajes de los maestros sean tan sólidos en su contenido y tan sencillos en su explicación que llamen la atención de la generación que abre toda su capacidad para aprender, considerando ese proceso de enseñanza - aprendizaje como una de las virtudes esenciales que dominan y practican los profesionales del magisterio, los docentes de diferentes niveles, los maestros cuyas enseñanzas no se olvidan y quedan en la memoria de los alumnos desde los grados inferiores, los intermedios y los superiores, añadiendo en cada caso, los detalles que durante años adornaron la relación directa entre maestros y alumnos.
Condiciones especiales se dan en el difÃcil trabajo de enseñar de modo que los mensajes de los maestros sean tan sólidos en su contenido y tan sencillos en su explicación que llamen la atención de la generación que abre toda su capacidad para aprender, considerando ese proceso de enseñanza - aprendizaje como una de las virtudes esenciales que dominan y practican los profesionales del magisterio, los docentes de diferentes niveles, los maestros cuyas enseñanzas no se olvidan y quedan en la memoria de los alumnos desde los grados inferiores, los intermedios y los superiores, añadiendo en cada caso, los detalles que durante años adornaron la relación directa entre maestros y alumnos.
Educar es una ciencia y quienes la practican deben estar preparados para transmitir sus conocimientos desde las aulas del saber, a las generaciones de ciudadanos que serán formados en la diversidad de las ciencias, comenzando elementalmente en el manejo del lenguaje su comprensión y su uso apropiado en cada caso a las circunstancias que se presenten en el correr del tiempo y en la elección profesional de renovadas generaciones.
Los maestros de vocación, ejercen su apostolado con dedicación, pasión y sacrificio que importa desvelos, incomprensiones y presupone duras jornadas para que la educación con reglas accesibles cumpla el objetivo de formar ciudadanos aptos para conducir los destinos de la Patria, partiendo de esa realidad natural en que los "hechos educativos tienen su tiempo, no se repiten, como tampoco los estudiantes".
El proceso de enseñanza es responsabilidad de los maestros y el aprovechamiento de esa capacidad contempla una serie de factores, estimando que el más importante es el que asume el maestro o la maestra para el desarrollo de su profesión, pues de lo que imparta en la cotidianidad dependerá el futuro de las generaciones que forma. Su labor va paralela a la de los padres, pues no sólo es responsable de transferir conocimientos sino más bien de inculcar valores que harán la diferencia en la preparación de los nuevos ciudadanos de la Nación.
La escuela es el templo del saber y por lo mismo debe mantenerse respeto por los apóstoles de la enseñanza, los alumnos deben hacer conciencia de esto y cumplir el requisito de respetar a sus maestros, lo que ellos devolverán con gratitud, comprensión y hasta cariño especial para sus alumnos, rebeldes algunos, dóciles otros, pero en general, querendones todos de su orientador, su formador, su maestro con cariño.
Fuente: LA PATRIA
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