Dos grandes escritores de Bolivia y Perú comentan la realidad lectora

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Dentro del contexto del V Encuentro Internacional Autor - Lector, organizado por el Colegio Anglo Americano, se tuvo la presencia de dos grandes escritores latinoamericanos. Por una parte, la sociable y analítica Rosalba Guzmán Soriano de nuestro país y el experto en planes lectores Roberto Rosario Vidal del Perú, que decidieron compartir una pequeña entrevista y darnos unos lineamientos sobre la realidad lectora en nuestra sociedad, sobre todo para los niños y las niñas, así como para los y las jóvenes.

Rosalba Guzmán, con su gran experiencia en el trabajo con niños desde el área literaria, pero sobre todo desde su psicoanálisis de las esferas sociales, nos hace un diagnóstico sobre la relación entre la literatura, la lectura y los libros con los niños y jóvenes. Ella menciona que en los últimos años ha crecido de una manera significativa, la posibilidad de que los colegios de Oruro, tomen la iniciativa de la promoción de la lectura, invitando a los autores para interrelacionar con los estudiantes, sin embargo; a criterio de ella; no es suficiente.

Sin reparos, ella menciona que hace falta una formación de maestros, en lo que se refiere al manejo y el conocimiento de la literatura infantil y juvenil a nivel nacional e internacional. Ya que muchos profesores no pueden diferenciar un libro de una verdadera calidad literaria de uno que no tiene esta cualidad. La experta menciona que es necesario que haya eventos de formación de profesores y también de los padres de familia, para que; éstos últimos; sepan cuán importante es la apropiación de la lecto- escritura en los niños y jóvenes. Apropiación que se puede llevar a cabo a través de la literatura.

Para Roberto Rosario, la figura es clara: "Los niños y los jóvenes leen poco". Una apreciación que incluye al Perú y Bolivia.

Si bien; según el escritor, muchos gobiernos andinos han implementado el "Plan Lector", hay ciertas limitaciones en su ejecución. Para ello Roberto da un ejemplo. Menciona que aún existen profesores que; al inicio de clases; piden un libro de lectura, pero no especifican qué tipo de libro. El maestro debe tener el criterio necesario para señalar el tipo de libro que necesita el niño de educación inicial, educación primaria o secundaria, tanto en la forma como en el fondo.

Además; nuestro invitado da más luces sobre el libro que se debe escoger. Argumenta por ejemplo que tiene que ver mucho la diagramación, las ilustraciones y la tipografía.

Pero en el análisis de Roberto es mucho más profundo. �l menciona que algunos maestros cometen un gran error, que es el entregar los libros a los niños sin que el propio maestro haya leído el contenido previamente.

"Si el maestro no lee el libro que pide a los estudiantes, no podrá hacer una evaluación eficiente, para saber si ha existido un adecuado nivel de comprensión lectora". Menciona el escritor peruano.

En este tema de la relación Maestro- Estudiante, Rosalba da un criterio muy interesante:

"El profesor tiene que ser alguien que enganche al niño y joven con el placer de leer literatura. Que no pase por la obligación, por la tarea, por el pedagogismo, por el moralismo ni por el adultomorfismo, sino que pase por el placer".

Y evidentemente esta exigencia es valedera ya que ella misma menciona que la literatura infantil y juvenil es un género que tiene características precisas ya que (recordando a Luis Darío Bernal) la literatura infantil sobre todo debe ser ética, estética y esperanzadora.

"Cuando dice ética, no se está refiriendo a moralista, cuando dice estética, se refiere a un alto nivel literario, de exquisitez. De que ese libro no tenga errores ortográficos, errores de redacción, que no sea una especie de cuentito que lo hace cualquiera ya que cualquiera no es escritor. La calidad debe ser una exigencia tanto para el escritor y para el profesor", arguye la escritora boliviana.

En el tema de calidad, Roberto menciona que hay que hacer algunas diferencias. Menciona que pueden existir libros de lectura muy bien redactados, pero no tienen la categoría de ser una obra literaria.

"El maestro debe ser capacitado para diferenciar claramente, una obra literaria; ya sea en prosa o en verso; de un libro de auto ayuda, un libro de lectura o un libro de conocimientos. Es un tremendo error poner una guía didáctica al final de un libro literario, ahí la literatura pierde su goce, el libro literario sólo debe ser de literatura", añade el autor.

Además, el escritor peruano da pautas generales sobre este último punto. Menciona que los niños de primero o segundo grado deben tener libros con ilustraciones y textos con letras grandes. Así como tercero a quinto grado, no necesitan muchas ilustraciones y en secundaria deben existir pocas imágenes.

Ambos escritores fueron consultados sobre si es necesario que el estudiante debe partir leyendo obras de su contexto cultural o partir desde las obras universales.

Roberto plantea la necesidad de leer desde la propia identidad, ya que cada localidad tiene sus necesidades, sus intereses, su lenguaje, sus experiencias y cultura propia. Lo que el sugiere es desarrollar el Plan Lector iniciando con obras de autores de la propia localidad.

En cambio para Rosalba se debería iniciar la lectura de literatura desde ambas visiones, ya que los niños deben estar en contacto con los libros y las realidades. Ella está de acuerdo con Roberto en cuanto a que se rescate lo local, pero ella insiste que al mismo tiempo haya la posibilidad de leer libros internacionales de la más alta calidad.

Finalmente ellos dan cuenta de que la relación lectora no es sólo Alumno- Profesor, sino que debe incluir a los padres y las madres de familia y ambos coinciden que este aspecto es fundamental.

"En el hogar donde el padre y la madre no leen, los niños no van a leer. En el hogar se deben crear las necesidades y hábitos que se van a reforzar en la escuela", menciona Roberto Rosario.

"Es fundamental que haya una etapa previa de trabajo. Es que los padres deben leer con sus hijos, ya que la literatura infantil debe tomar en cuenta el nivel de edad del niño, pero mira una cosa, un libro infantil es para un niño de 4 años y para un adulto de 99, o sea, la calidad literaria abre las posibilidades para leer con otros y que tenga resonancia con otros y esto se da porque es un arte la literatura".

Tanto Rosalba como Roberto han mostrado una gratitud a la ciudad de Oruro por la acogida de sus escritos y reconocen que de a poco Oruro se está convirtiendo en un centro de promoción de la lectura y de la literatura.

Piden a todos los promotores de la lectura luchar contra la piratería de libros ya que esto no aporta al placer de leer, más al contrario rebaja a la literatura a un simple negocio callejero.