Aunque la posición de Oruro en el mapa geográfico nacional se encuentra en el centro estratégico del paÃs, resulta que el crecimiento que impulsó éste distrito de otros del paÃs facilitó el desarrollo de lo que se denomina como el "eje central" y que lo integran Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, del que justamente Oruro no participa, y por lo mismo sufre un inequitativo tratamiento en materia de su crecimiento y soluciones a sus más premiosas necesidades, las que son postergadas por falta de voluntad polÃtica, aunque por vez primera un orureño gobierna el paÃs, pero sin conceder un trato de justicia y equidad a su tierra.
Lo que acontece en el ámbito nacional, es un reflejo de lo que ocurre en parte de nuestra región sudamericana que confronta diferencias muy notorias en materia de finanzas internacionales, las que de uno u otro modo están manejadas por los hilos de las potencias que dominan el manejo de nuestras materias primas y su comercio obligado hacia los mercados del norte, la comunidad europea y desde hace poco casi obligadamente con destino a la potencia asiática de China y algunos de sus satélites.
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Lo que acontece en el ámbito nacional, es un reflejo de lo que ocurre en parte de nuestra región sudamericana que confronta diferencias muy notorias en materia de finanzas internacionales, las que de uno u otro modo están manejadas por los hilos de las potencias que dominan el manejo de nuestras materias primas y su comercio obligado hacia los mercados del norte, la comunidad europea y desde hace poco casi obligadamente con destino a la potencia asiática de China y algunos de sus satélites.
El ejemplo de condiciones reinantes en algunos distritos muestra diferencias muy notables, pues algunos departamentos tienen asegurado su crecimiento sostenible, mientras otros apenas pueden sostener su deficitaria economÃa, debido a la falta de polÃticas de incentivo a los planes propuestos desde la institucionalidad regional para el aprovechamiento de riquezas naturales, como por ejemplo el caso de la minerÃa orureña o las condiciones propias de ubicación geográfica, estratégicamente propicia para impulsar planes de integración nacional e internacional.
Estamos hablando de una minerÃa que necesita ser reactivada y para tal propósito por supuesto que precisa de una buena inversión gubernamental, que fue ofrecida por el ministro del ramo pero que no se cristaliza ni en su tramo de gestión inicial, por lo mismo el principal rubro de ingresos para Oruro, está a la espera de la voluntad polÃtica.
En Oruro instituciones importantes del quehacer cotidiano han planteado varias alternativas para consolidar un proyecto que como lo proponen los empresarios privados, signifique el control del altiplano central, aprovechando su ubicación geopolÃtica y de estratégica vinculación con los corredores bioceánicos hacia el PacÃfico y el Atlántico, con una importante red caminera y otra ferroviaria que vinculen los extremos de ultramar para movilizar un gigante flujo nacional e internacional de exportaciones e importaciones, que además pasen por el Puerto Seco de Oruro y algunas alimenten el Parque Industrial que revitalizará la economÃa regional de alta inversión y no sólo sobreviva con la economÃa informal que alienta el contrabando y la evasión impositiva.
El gran problema es que no hay decisiones polÃticas para enfrentar los problemas y solucionarlos con proyectos debidamente planificados, plenamente sustentados y que sean parte de una conciencial determinación orureña de enfrentar el nomeimportismo y asumir responsabilidades que rompan la apatÃa ciudadana y la poca entereza de autoridades para enfrentar y eliminar las trabas que detienen el progreso departamental.
Es una realidad que nos falta lÃderes para promover la defensa de Oruro, por encima de algunas organizaciones serviles que reciben dádivas por su silencio y su inoperancia. Hay que exigir y apoyar a las autoridades y dirigentes que anteponen la defensa del interés departamental sobre circunstanciales prebendas partidarias. Oruro reclama el cumplimiento de promesas a partir de la voluntad del Primer Mandatario y su equipo de ministros.
Fuente: LA PATRIA