Necesidad de una zona industrial

Este es un tema que se arrastra de muchos años y que lamentablemente por falta de oportunas decisiones ha postergado indefinidamente la instalación de un verdadero Parque Industrial, que en este tiempo debería ser pujante signo del desarrollo en la ciudad.

Muchas empresas han migrado a otros distritos, algunas a Santa Cruz o Cochabamba, un buen número se fue a la ciudad de El Alto, en la que encontraron las condiciones propicias para asentarse y producir, allí se pusieron en práctica algunos incentivos cuyo origen de beneficio a las nuevas industrias fueron creadas en Oruro para atraer capitales y fomentar el crecimiento productivo, las autoridades de El Alto rescataron la idea, la pusieron en práctica y ahora tienen una zona industrial en auge.

En el caso orureño, la superficie originalmente dispuesta para el parque industrial en la zona este frente al aeropuerto fue utilizada parcialmente en el objeto de su delimitación, la mayoría del espacio se entregó a varias instituciones y una mayoría fue objeto de indiscriminado loteamiento por parte de una ex autoridad prefectural que prácticamente anuló las posibilidades de ubicar empresas que pudieron ser parte de un parque industrial liviano.

Una alternativa a esa situación surgió con el crecimiento urbano hacia la zona de Huajara, considerada como la más apropiada para la ubicación de industrias, lo que sucedió parcialmente, pues el crecimiento urbano con el asentamiento de nuevas urbanizaciones, alteró el plan de emplazar un adecuado parque industrial.

Hay que señalar que el asunto mereció el reclamo del sector industrial, los empresarios privados estuvieron constantemente reclamando definiciones por parte de las autoridades, lamentablemente con poco éxito, de ahí que la necesidad de emplazar fuentes de empleo con nuevas industrias se extendió a la zona de Vinto donde se ubica la Fundición y en cuyo entorno se instalaron algunas factorías, pero que como en otras zonas fueron avasalladas por el irregular crecimiento de barrios con viviendas familiares.

En todo este trajín y ante la insistencia de empresarios industriales, se buscaron otros predios, muchos terrenos fiscales, estaban siendo aprovechados ilegalmente en un negocio de loteamiento desmedido y descontrolado. Por lo que se sabe y por denuncias de algunos vecinos, varias autoridades y funcionarios de entidades públicas son responsables de ese ilícito negocio que debe ser investigado y sancionado.

Si bien la zona industrial de Huajara tiene un respaldo oficial a través de la ordenanza municipal 71/06 que dispone de 431 hectáreas para el parque industrial, lo cierto es que hay problemas que implican riesgos en la vigencia de un parque industrial en esa zona.

Otra alternativa y defendiendo la propiedad de terrenos públicos se ubica en el sector de Socamani, donde se planifica la instalación de un parque industrial activo, con lo que se permitiría el crecimiento de la industria orureña en sus diferentes niveles de producción, generando fuentes de empleo y devolviendo a Oruro su condición de centro industrial del país. Un proyecto insoslayable.

Lo importante empero es que las autoridades pertinentes, definan la cesión de las hectáreas necesarias para encarar un proyecto de magnitud en la ciudad, enmendando los errores anteriores, legalizando la ubicación del parque industrial y frenando el avasallamiento y loteamiento de terrenos fiscales. Es tiempo de poner las cosas en orden y sancionar las acciones ilícitas que se fomentan en algunas instituciones públicas. Faltan decisiones y voluntad política para formalizar el asunto.

Fuente: LA PATRIA