El apego entre madre e hijo

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Una de las características esenciales de la madre en el desarrollo de los niños desde su concepción, es el apego que genera con su hijo, pues una relación sólida y saludable con la madre o cuidador, se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida. Por lo mismo explicaremos qué es el apego y sus características.

El apego es un vínculo fuerte que se forma entre dos personas mediante una relación íntima y especial. Es decir que como resultado de la interacción del bebé con el ambiente y en especial con la principal figura de ese ambiente, la madre, se crean determinados sistemas de conducta, que son activados en la conducta de apego. Generalmente el apego tiene lugar en los primeros 8 a 36 meses de edad. El apego está compuesto con tendencias conductuales y emocionales diseñadas para mantener a los niños en cercanía física de su madre o cuidadores.

Entre los tipos de apego entre madre (cuidador) e hijo tenemos los siguientes:

Apego seguro: Tiene lugar cuando existen expresiones de afecto verbales y físicas frecuentes por parte de los padres. Cuando los padres o cuidadores responden a las necesidades y demandas afectivas del niño, le ofrecen mayor estimulación. El pago seguro se produce cuando la mamá es muy sensible a las necesidades de su hijo, le transmite confianza, le ayuda cuando lo requiere, le muestra su cariño y más. todo eso da como resultado a que el menor sepa que el adulto es su puntal de seguridad, la persona junto a la cual está protegido. Se considera que los niños que disponen de este tipo de apego con sus progenitoras se convierten en adultos positivos, agradables, cálidos en el trato e incluso capaces de establecer relaciones con otras personas muy satisfactorias.

Apego inseguro: Se da cuando la madre tiene carencias en cuanto al cuidado del hijo. El vínculo que desarrollan estos niños es limitado, pues al sentirse angustiados por la escasa satisfacción emocional de la madre, no la buscan, ya que muestran interés en descubrir el mundo por su cuenta porque no encuentran la protección y confianza que necesitan en la madre o cuidador. Esta circunstancia, se cree que dará como resultado a individuos adultos con bastante inseguridad hacia los demás, que desconfiarán, que mantendrán siempre una actitud de distancia con el resto y que evitarán, por temor, la intimidad en toda su extensión.

Para que una estrecha relación contenga apego, se tiene que considerar estos elementos: Que exista una fuerte relación emocional, estable y con una persona en concreto. Que la relación produzca sensaciones positivas entre las dos personas, como tranquilidad, felicidad y sosiego. Que la pérdida o la amenaza de pérdida de la persona, pueda llegar a provocar ansiedad.

El apego se convertirá en la base de las posteriores relaciones que el niño irá forjando con otros individuos a lo largo de su vida. Por lo mismo es necesario que se creen apegos seguros que contribuirán en el desarrollo del niño, en su estabilidad emocional y conductual con su entorno, siempre teniendo como base principal a la madre o cuidador.