Una profesión - un apostolado

El ser periodista es el haber obtenido una profesión convertida en un apostolado incólume de trabajar en servicio de las grandes mayorías ansiosas de estar permanentemente informadas del acontecer nacional.

Por esa circunstancia, quienes tenemos el privilegio de cumplir con esa misión, seguiremos firmes en el objetivo que tiene el periodismo en la vida diaria y rechazamos la falta de honestidad, generosidad y lealtad de aquellas personas que se dan a la tarea de sostener que en nuestro medio el gremio periodístico se desenvuelve con mediocridad.

En esta enmarañada vida política que vivimos los bolivianos a consecuencia de que se quiere imponer una línea depredadora oficialista de ataque permanente a la libertad de prensa, es de lamentar que personas allegadas a la misión periodística se presten al juego propio de una dictadura calificando al conjunto de profesionales en la materia de informar como elementos de escasas dotes intelectuales.

Esa posición constituye afrenta ofensiva en contra no solo de los periodistas orureños, sino también de todos los que a nivel nacional cumplen una labor sacrificada en las mesas de redacción de matutinos, diarios, periódicos, así como las radios y estaciones televisivas.

Esos individuos, acostumbrados a trabajar en contraposición a la colectividad, con su actitud digna de reproche, demuestran su ambición de tener cabida en el grupo político que privilegia el nombre de dos personas poniendo al país más abajo, dando muestras de que continurá un proceso dictatorial que ya sobrepasa los 10 años.

Ante esa coyuntura, alguien ya lo dijo, en Bolivia se evidencia cada vez más que estamos por perder la libertad de prensa, así como la democracia, por lo que el pueblo debe estar alerta porque censurar a los medios de comunicación, significará convalidar una ley socialista que significa aplicar la fuerza e intimidación contra las masas que demanden la reposición de su libertad.

Por todo ello, los periodistas, amantes de nuestra posición, no bajaremos los brazos y estamos firmes en nuestro afán de que el Estado cumpla con la Constitución Política, garantizando la libertad de expresión, el derecho a la comunicación y a la información.

Además, si el caso amerita y frente a la posibilidad de que nuestras organizaciones como la Confederación de Trabajadores de la Prensa, las Federaciones, Sindicatos o Asociaciones de Periodistas, sean avasallados por elementos identificados con la dictadura, los periodistas de base ganaremos las calles para defender la Legislación y Principios del Periodismo, sabiendo que nuestra profesión se ejerce no como un poder, sino como un servicio.