Los líderes de la oposición confiaron en que los organismos internacionales les apoyaran para dejar fuera de "octubre" al binomio chuto, que se apresta a participar en las próximas elecciones. No les fue bien; entre otras causas, porque no tienen fuerza suficiente, les falta organización, unidad y coherencia para enfrentar al aparato que maneja el gobierno. Al ver que son muchos sus contendores, Evo se siente más seguro de ganar.
Ante la CIDH que sesionó en Sucre el año pasado quisieron mostrar que impera en Bolivia un régimen dictatorial de facto; pero lo hicieron sin fuerza, sin astucia, ingenuamente. La muchedumbre del MAS copó todo. De todas maneras, se hizo la denuncia de que la sentencia del TCP que habilita al binomio, apoya su decisión en un artículo fantasma, por inexistente. En verdad, no hay la palabra "indefinida" en ninguna convención y, sin embargo, se lo utiliza como si existiera. La presidenta de la CIDH tenía la obligación de desmentir y no lo hizo. Se llevaron esa falacia en su valija de retorno.
Ante la CIDH que sesionó en Sucre el año pasado quisieron mostrar que impera en Bolivia un régimen dictatorial de facto; pero lo hicieron sin fuerza, sin astucia, ingenuamente. La muchedumbre del MAS copó todo. De todas maneras, se hizo la denuncia de que la sentencia del TCP que habilita al binomio, apoya su decisión en un artículo fantasma, por inexistente. En verdad, no hay la palabra "indefinida" en ninguna convención y, sin embargo, se lo utiliza como si existiera. La presidenta de la CIDH tenía la obligación de desmentir y no lo hizo. Se llevaron esa falacia en su valija de retorno.
Ahora último ocurrió algo peor. El señor Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en su visita a Bolivia, hizo conocer una sorpresiva posición totalmente contraria a lo que antes había expresado. Puede uno equivocarse de buena fé; esto es, no deliberadamente, pero asumir una actitud distinta sin que la información en que basó su criterio anterior cambie, es algo extraño: "Evo debe respetar la decisión popular que dijo NO a la reelección. Ningún juez puede levantar el dictamen del único soberano: el pueblo"; a lo que el ministro de Justica respondió: "Almagro no es más que un portavoz y lazarillo de grupos opositores que buscan desprestigiar a Morales". Algún tiempo después, las posiciones cambiaron radicalmente. "Decir que no participe - dijo Almagro por Evo - sería absolutamente discriminatorio". Y del lado del oficialismo otra voz ministerial valoró como valiosas y serenas las apreciaciones del Secretario de la OEA.
Insospechadamente, la secuencia de sucesos se ha convertido en una batalla entre la verdad y la mentira, entre la honradez y la deshonestidad. Las posiciones contradictorias y que parecen revelar un intercambio de recíprocos intereses electorales, descalifican moralmente a los protagonistas, porque esa actitud no condice con los valores y principios de vigencia permanente y universal. En la visita de referencia hubo algo más: el señor Almagro se congració en un ambiente de fiesta con los anfitriones, y eso de alguna forma limita sino compromete su independencia de criterio.
Desde el punto de vista ético, lo que llama la atención es la ligereza y venalidad con que actúan los funcionarios de rango superior; parecen ignorar que tienen también una responsabilidad moral. Su labor, además de ser eficiente en lo técnico, debe ser también ejemplar; no deben olvidar que mucha gente los ve como en una vitrina; no pueden decir lo que sea ni hacer lo que quieran. Semejan un cristal en el que cualquier mancha es más visible.
*Es escritor
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.