No hay incentivos para atraer inversión

Y esa situación es sumamente crítica, al entender que un proceso de extrema necesidad no se pueda lograr la atracción de inversiones, por la falta de políticas especiales que definan cierto tipo de incentivos, que en naciones vecinas, por mostrar ejemplos, son muy bien utilizados y en el nuestro todavía no se perfilan.

Cuando los expertos y varios analistas coinciden al señalar que estamos aproximándonos a un estado de extrema necesidad, no hay exageración pues las propias informaciones de las autoridades superiores que tienen que ver con la economía nacional, reconocen la existencia de una millonaria deuda externa, otra preocupante deuda interna, la disminución ostensible de las Reservas Internas (RIN) y un bajón en los índices de producción y exportación, especialmente de nuestras materias primas básicas, el caso de hidrocarburos y el gas de manera específica, como el caso de nuestros minerales, luego están las manufacturas que también han decaído en el último tiempo.

Sobre la materia, sin embargo hay una contradicción que tiene su origen por una parte en la declaración de la ministra de planificación que asegura la existencia de un clima propicio para la inversión en el país. Pero en el otro frente el ejecutivo de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, opina que el Estado debe generar estímulos e incentivos para hacer más atractivo nuestro país al capital extranjero.

Se suman otras opiniones vertidas por economistas y por empresarios de diversa índole productiva de bienes y servicios, señalando que la "desaceleración de la economía nacional persiste y por lo mismo sugieren modificar el modelo económico con el fin de revertir la situación de crisis y abrir opciones para atraer inversiones, muy necesarias en varios rubros del sistema productivo nacional".

Los empresarios demandan seriedad en la oferta estatal, para facilitar ciertas medidas que dispongan sobre todo "seguridad jurídica" que es un elemento que reclaman los inversionistas, pero al mismo tiempo hablan los empresarios de la urgencia de crear incentivos que sean un atractivo para captar capitales y tecnología, hay rubros por ejemplo en el sector tributario que muy bien podrían flexibilizarse para tentar acuerdos y sostenerlos por buen tiempo, con una excelente inyección de capitales externos, pero el asunto no funciona sólo en la teoría y los discursos deben ser medidas objetivas, como la respuesta que podría consolidarse al captar inversiones, bajo claras reglas de juego.

Entre dichos y contra dichos, del sector estatal, planteando inversiones a los empresarios bajo el argumento de que existe estabilidad económica y hay un crecimiento del PIB reconocido por organismo externos, para el sector privado no son condiciones factibles que tienten las inversiones, si en la política laboral del país se definen acuerdos sectoriales y se disponen aumentos salariales sin tomar en cuenta la situación de las empresas, lo que vulnera derechos y afecta la seguridad de las empresas como sucede también con un doble aguinaldo cuya cancelación ha producido el cierre de varias empresas.

El país necesita la definición de políticas económicas ajustadas a la realidad nacional y coordinadas con los sectores productivos que en todo caso son los directos responsables de asumir riesgos de inversión y compartir, si se dieran casos, con inversionistas externos, para responder con mayor generación de empleo, más contribución tributaria, mayores exportaciones y efectivo crecimiento de la economía nacional.

Fuente: LA PATRIA