Oruro: De la tranquilidad al peligro

Nuestra ciudad de Oruro se caracterizó, así en tiempo pasado, como una de las más tranquilas del país, con bajo índice delincuencial y con cierta condición de convivencia pacífica aún en zonas extremas u otras de menuda conflictividad, por el desenvolvimiento de actividades comerciales apartadas del control policial, ejemplo el llamado "barrio chino", añadiendo la proliferación de ciertos locales de consumo de bebidas alcohólicas, ubicados en la zona sur de la ciudad, donde permiten a jóvenes de edad. Eran algunos de los problemas que con mínimas variables incluían el robo en viviendas.

Pero en poco tiempo las cosas han pasado como se dice "de castaño a oscuro" y los delitos se han multiplicado en varias zonas de la ciudad, incluyendo el mismo centro donde los atracos se han multiplicado, hay más robos en negocios, las viviendas de ricos y pobres son parte de los trajines de pandillas, mientras que en algunos sitios los asaltos están a la vuelta de la esquina, por así decirlo, dada la frecuencia de esos hechos en que jóvenes y gente de la tercera edad son las víctimas propicias de delincuentes que se apoderan de celulares, carteras y bolsas.

Gente muy preocupada por el cambio que se produce en la ciudad, recuerda que hace tiempo en Oruro se podía transitar en horas de la noche o la madrugada sin riesgos de ninguna clase, hoy al amparo de las sombras los delincuentes ocupan las calles, mientras los vecinos se quejan por la ausencia de elemento policial que tal parece, no abastece para desplegarse por todas las zonas, que la misma policía ha detectado e identificado como peligrosas.

Una investigación periodística de un matutino nacional, estableció que en la ciudad de Oruro "hay 25 puntos rojos", por lo menos una decena en el sector del "casco viejo", con la Plaza Principal en el detalle, el resto se extienden en barrios periféricos, algunos densamente poblados y no por eso excluidos de la ruta de los hampones, al contrario, muchas viviendas y negocios como parte de las andanzas de pandilleros organizados.

Las referencias sobre el crecimiento delincuencial en Oruro señalan que una causa se atribuye a la desocupación especialmente de jóvenes, otra circunstancia propicia para que aumenten los delitos es el intenso movimiento comercial informal y especialmente el contrabando que pone a puestos de venta callejeros y de bazares como la tentación de apropiarse de lo ajeno y emprender rauda retirada con el botín en la mano. Según dirigentes vecinales, otra situación de riego es el descuido en viviendas y negocios, lo que se agrava con la ausencia de policías en los diferentes barrios de la ciudad, incluso en algunos donde se habilitaron retenes de vigilancia; pero sin su implementación correspondiente, por lo tanto, sin policías.

Es urgente que, conociendo todos esos detalles, las autoridades policiales adopten medidas de extrema urgencia, redoblando la vigilancia, lo que obliga a disponer de mayor personal, pero además del uso de más movilidades para ampliar rondas, perseguir delincuentes y llegar a la mayoría de los barrios de nuestra, ahora intranquila y peligrosa ciudad.

Será importante además que la ciudadanía a través de organizaciones como las juntas vecinales, las asociaciones de padres de familia y otras de orden social coordinen tareas con la Policía y promuevan la organización de brigadas de alerta, para denunciar oportunamente a los delincuentes. La seguridad debe ser tarea de todos.

Fuente: LA PATRIA