Viernes 17 de mayo de 2019
ver hoy
Existen antecedentes históricos sobre la acción de poder que ostentaban las mujeres en la iglesia católica que seguidamente detallamos con concisión y, precisamente por esos a preexistentes, no es consecuente la demora y la dilación en la decisión de apertura a las mujeres al ejercicio del sacerdocio.
Vamos hacia la historia relatando como hechos incontestables que en la antigüedad ya existÃa el diaconato para mujeres que lo desplegaban con el suficiente conocimiento de los sacramentos y cuáles de ellos podÃan administrar o no, y las demás funciones. Como hasta ahora, la consagración era de ámbito exclusivo de los sacerdotes ordenados.
Sin la oscilación de la duda el diaconato ejercido por mujeres era una consecuencia de la vocación que residÃa en ellas y por el estudio profundo de la canonjÃa y de los libros sagrados que acometÃan; naturalmente para plácemes de los fieles que se sentÃan gratificados por el diligente desempeño del diaconado.
Otro preexistente histórico excepcionalmente fundamental era la actividad y la disposición de poder de las abadesas en la Edad Media y lo ejercÃan para promover y trasladar en sus funciones a los párrocos de un lugar a otro.