Anahí Ledezma Quezada una guerrera convertida en voleibolista

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La fuerza de voluntad y perseverancia se convierten en la vida en dos reglas importantes para triunfar. Esa consigna fue aplicada desde los ocho años por Anahí Noelia Ledezma Quezada, quien logró alcanzar sus metas siendo una guerrera y ser en la actualidad en una de las mejores voleibolistas de Oruro.

Si bien sus ojos se abrieron en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) el 21 de marzo de 1994, muy niña llegó a la Alta Tierra de los Urus. Desde entonces vive en esta ínclita ciudad a la cual ama como si fuese su verdadero terruño.

Salió bachiller del colegio "María Quiroz", posteriormente se dedicó en profesionalizarse en la Facultad de Ciencias Económicas Financieras y Administrativas de la Universidad Técnica de Oruro, de donde egresó de la carrera de Contaduría Pública.

VOLEIBOL

Su vida deportiva se inició a los ocho años, quien desde esa edad veía este deporte como una especie de encantamiento, ya que en su casa había una cancha y sus papás Adalberto y Janeth programaban campeonatos familiares en forma periódica. Si bien Anahí no podía jugar por su corta edad en ese tipo de certámenes, aprovechaba los descansos de los partidos para comenzar a practicar una disciplina que en la actualidad se volvió en un estilo de vida.

"Jugaba en casa, en torneos de familias. Empecé a los ocho años, mis papás hacían campeonatos en casa porque tenemos una cancha. Ellos me incentivaron a esto con algunos amigos que sabían mucho de voleibol y me inicié en el equipo de los amigos de mi papá. Ellos me enseñaron poco a poco y uno de los amigos de la familia me llevó al Club Alemán", afirmó.

A los 11 años debutó oficialmente en un campeonato de la asociación, luego de recibir el conocimiento necesario a cargo de su entrenador, en ese entonces, Carlo Valdivia. Empecé como servidora y luego pasó a ser central, donde se formó en este deporte.

Don Carlo fue un gran motivador en la vida de deportiva de Anahí, ya que fue quien confió no solo en ella, sino en la nueva camada de jugadoras, a quienes las fogueaba en los partidos, incluso de categorías superiores a su edad.

El momento del debut fue como en toda persona, con mucho nerviosismo, sin embargo, con el paso de los distintos juegos le permitió crecer como deportista, y más asumiendo retos en categorías mayores.

"A un principio uno no sabe dónde se tiene que parar, pero poco a poco se va ganando confianza, que las mismas chicas grandes dan y ahí se avanza poco a poco", dijo.

Una vez que terminó el colegio, pasó al Club Economía y en la actualidad juega en el Club de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

ENTRENAMIENTOS

A un inicio, Anahí entrenaba todos los días, sin embargo, con el paso de los años y la responsabilidad profesional, aquel tiempo de preparación se redujo a dos días de semana. Sin embargo, en ese espacio, le da toda la dedicación posible al deporte de sus pasiones, complementando el trabajo físico en un gimnasio, los días que no está en la cancha.

Actualmente realiza un trabajo físico exigente en el estadio "Jesús Bermúdez" con miras a un torneo clasificatorio en octubre de este año, con el Club UTO Santiaguito.

El voleibol para Anahí es una verdadera pasión y parte de su vida, porque desde niña creció con este deporte.

"Es un amor bastante grande, a diario me dicen que deje, pero no podría y por más que tengo poco tiempo, saco tiempo para jugar voleibol porque es mi vida. Este deporte te forma el carácter, porque juegas bajo presión, te forma el carácter dentro y fuera de la cancha porque es un deporte que se juega en conjunto y siempre estás relacionado con distintas personas. Lo más lindo es que conoces a mucha gente, incluso de otros países", afirmó.

SELECCIONES

Desde el 2006, Anahí fue integrante de la Selección de Oruro, hasta la actualidad. Cuando estuvo en la categoría menores, debutó en la Selección Boliviana que fue uno de sus más grandes logros, pero no fue la única vez que vistió la "verde", sino lo hizo en reiteradas ocasiones y participó de campeonatos de trascendencia como los Juegos del Alba realizados en Venezuela, los Juegos Bolivarianos del Perú y recientemente los Juegos Odesur efectuados el año pasado en Cochabamba.

"Llegar a la Selección (Boliviana) fue como sacarse el premio mayor, entonces había que aprovechar al máximo y esforzarse el doble. Tuve la fortuna de jugar contra Brasil, Argentina, selecciones de talla mayor. Ahora quiero ir a un Sudamericano, es otra experiencia, algo inolvidable", señaló.

Ahora el reto es seguir mejorando su juego, en principio para clasificar con su equipo UTO a la Liga y en segundo término ser nuevamente parte de la Selección Boliviana para asistir a un campeonato Sudamericano en la categoría Mayores.

Anahí considera que para llegar hasta donde ella llegó, lo primero que debe hacer cada deportista es que gusten de la disciplina que practiquen, luego jugar con el corazón y poner esfuerzo en lo que se hace.