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Sábado 27 de abril de 2019

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Revista Tu Espacio

PSICOLOGÍA

Trastorno de la personalidad límite

27 abr 2019

Por: Lic Mg. Sc. (c) Rodrigo Aliendre Ramirez - Exclusivo para Tu espacio

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Muchos adolescentes, jóvenes y adultos, refieren y padecen de conductas de autolesión e intentos suicidas, entre otras características esenciales propias del trastorno de personalidad límite, que pasaremos a explicar.

Las personas con este trastorno presentan un patrón general de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de autoimagen y los afectos, y una notable impulsividad. Hacen esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado por parte su pareja o de alguien cercano. Estos temores de abandono están relacionados con una intolerancia a la soledad y la necesidad de tener otras personas con ellos. Las personas con este trastorno tienen un patrón de relaciones inestables e intensas. Pueden idealizar a los cuidadores o a los amantes potenciales en la primera o segunda cita, exigir pasar mucho tiempo juntos y compartir los detalles más íntimos de una relación demasiado pronto. Estas personas pueden comprender y cuidar a los demás, pero sólo con la expectativa de que esa persona esté ahí para cubrir sus propias necesidades cuando se lo pida. Hay cambios repentinos y dramáticos de la autoimagen, caracterizados por metas, valores y aspiraciones profesionales cambiantes. Puede haber modificaciones repentinas de las opiniones y proyectos acerca de la profesión, la identidad sexual, los valores y los tipos de amigos. Estos individuos pueden variar repentinamente desde asumir el papel de una persona necesitada que suplica ayuda, hasta el de una persona vengadora dispuesta a resarcirse por los malos tratos sufridos.

Las personas con este trastorno presentan un patrón general de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de autoimagen y los afectos, y una notable impulsividad. Hacen esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado por parte su pareja o de alguien cercano. Estos temores de abandono están relacionados con una intolerancia a la soledad y la necesidad de tener otras personas con ellos. Las personas con este trastorno tienen un patrón de relaciones inestables e intensas. Pueden idealizar a los cuidadores o a los amantes potenciales en la primera o segunda cita, exigir pasar mucho tiempo juntos y compartir los detalles más íntimos de una relación demasiado pronto. Estas personas pueden comprender y cuidar a los demás, pero sólo con la expectativa de que esa persona esté ahí para cubrir sus propias necesidades cuando se lo pida. Hay cambios repentinos y dramáticos de la autoimagen, caracterizados por metas, valores y aspiraciones profesionales cambiantes. Puede haber modificaciones repentinas de las opiniones y proyectos acerca de la profesión, la identidad sexual, los valores y los tipos de amigos. Estos individuos pueden variar repentinamente desde asumir el papel de una persona necesitada que suplica ayuda, hasta el de una persona vengadora dispuesta a resarcirse por los malos tratos sufridos.

Los individuos con trastorno de la personalidad límite exhiben impulsividad al menos en dos áreas que son potencialmente dañinas para sí mismos. Pueden jugar patológicamente, gastar dinero de manera irresponsable, darse atracones de comida, consumir sustancias de abuso, mantener relaciones sexuales sin protección o conducir temerariamente. Las personas con este trastorno suelen presentar comportamientos, gestos o amenazas suicidas recurrentes, además de conductas autolesivas.

Las personas con trastorno de la personalidad límite demuestran una inestabilidad afectiva que es debida a una notable reactividad del estado de ánimo. El estado de ánimo disfórico habitual de las personas con este trastorno a menudo se ve interrumpido por períodos de ira, pánico o desesperación y rara vez se alivian con momentos de bienestar o satisfacción y suelen quejarse de sentimientos crónicos de vacío. También se aburren fácilmente y pueden buscar algo que hacer constantemente. Además, expresan de manera inapropiada e intensa la ira y tienen gran dificultad para controlarla. Suelen manifestarse muy sarcásticamente, con resentimientos duraderos y explosiones verbales. Sienten ira a menudo provocada cuando perciben que un cuidador o amante es negligente, distante, indiferente o que tiene intención de abandonarles. Tales expresiones de ira desembocan en sentimientos de vergüenza y culpa, que a su vez contribuyen a reforzar el pensamiento de que son malos.(DSM-V).

Como todo trastorno de personalidad tiene que ser identificado y diagnóstico, para evitar comportamientos que puedan dañar a la persona o al entorno que lo rodea, y claro está realizar una intervención profesional en salud mental.

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