Entonces toda persona -Desde el primer hombre de un paÃs hasta el último en jerarquÃa-, que presta sus servicios en una entidad estatal se le denomina servidor público. Sin embrago algunos servidores públicos van en contra de su entidad laboral cometiendo actos irregulares e ilÃcitos.
La corrupción se encuentra diseminada en el sector público y en el privado, pero más en la primera y se refiere a los delitos que se cometen en el ejercicio de un cargo público, para conseguir una ventaja ilegÃtima, acto que se perpetra de manera secreta y privada, cuyas formas viene desde: El soborno, que es el más repetitivo de los delitos en la administración pública, supone la entrega de una cierta cantidad de dinero a cambio de transgredir la norma administrativa y legal. El tráfico de influencias, que se da cuando un funcionario, aprovechando su posición, utiliza sus influencias para conseguir a favor suyo, alguien allegado o familiar un beneficio económico, trabajo, favor y adjudicación de contratos, etc. El Peculado, que es el enriquecimiento del funcionario de forma ilegal en perjuicio del Estado. El uso y provecho de bienes públicos, que es el uso y abuso de bienes del Estado, materiales y equipos en beneficio propio y/o grupo de personas.
Analizando las causas que originan este tipo de actos irregulares se ha encontrado las internas y externas, la primera que es la falta de conciencia social, carencia de educación o de una cultura de compromiso, paradigmas negativos y distorsionados y la segunda que se basa en la impunidad, salarios bajos, concentración de poderes y corporativismo partidista.
ParecerÃa que han quedado muy chicas las leyes 004 Ley de lucha contra la corrupción, enriquecimiento ilÃcito e investigación de fortunas "Marcelo Quiroga Santa Cruz", 1178 Ley de Administración y Control Gubernamentales, asà como el Código penal y su procedimiento que son las que penalizan y sancionan todo acto de corrupción en razón de que los infractores no tienen miedo a ingresar a la cárcel, desprestigiarse, hacer sufrir a su entorno familiar y sobre todo perder su libertad, honor y confianza de sus superiores.
La corrupción constituye un verdadero cáncer social, no obstante, no se trata de un fenómeno reciente ni mucho menos, porque ha acompañado a la historia de la humanidad desde sus principios. Pero en contra de lo que algunos puedan pensar, no se debe buscar sus orÃgenes exclusivamente en regÃmenes totalitarios ni democráticos, capitalistas ni comunistas, ultra derechistas ni ultra izquierdistas, sus fuentes parecen esconderse en lo más oscuro de la condición humana, apestada por la avaricia y el ansia de poder.
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