Unasur en la cuerda floja

La Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), de debate en un proceso de incertidumbre y su vigencia institucional, como observan algunos analistas, está en la cuerda floja, tratando de sostenerse en peligroso equilibrio, pero sin una asistencia coherente de otros países para estabilizar su peligroso balanceo.

En los últimos días, aparentemente, frente a las presiones existentes y las posiciones de varios países, contrarias a sostener su vigencia institucional, se han generado algunos cambios de última instancia; por ejemplo la salida de varios miembros ya es un hecho en proceso, pero lo más reciente es que nuestro país que ostentaba la presidencia pro témpore de la entidad, al cumplir el periodo de tal mandato resolvió transferir esa representatividad por el turno que le corresponde al Brasil, que no puede eximirse de su responsabilidad de asumir la Presidencia Pro Témpore del bloque que quiérase o no está aún vigente.

Para nuestro país es quitarse un peso de mucha responsabilidad dadas las condiciones de una abierta y oficial renuncia de varios miembros a permanecer en lo que se considera ahora, "un grupo de naciones que desconocen a la Unasur y están activando la conformación de otro como Prosur". Sin embargo y por el sistema de gestión que cada país debe cumplir para su "retiro", es evidente que Brasil tendría que presidirla hasta su recuperación o su extinción.

Pero resulta que Brasil confirmó también y de manera oficial su abandono a la Unasur, sumándose a los otros países como Chile, Perú, Paraguay, y entre los más recientes retiros el caso de Colombia y Ecuador, éste último que además planteó la devolución de un edificio donde funcionaba la entidad. El Brasil se suma a los disidentes en Unasur, pero de acuerdo a las normas de la propia entidad, tendría que presidirla "temporalmente" y establecer en su caso la desaparición oficial del organismo, que según varios de sus delegados, no cumplió ninguna acción que fortalezca la integración de naciones con fines de desarrollo, solidaridad y amistad, al contrario la contaminación política en algunos países "enfermó a la Unasur".

En materia de gestión, se recuerda que el alejamiento de un Estado del bloque de países se hace efectivo en el plazo de seis meses desde la fecha en que se oficializa la notificación, esa medida cumplieron los tres primeros que dejaron la Unasur y las otras naciones están en curso de trámite, por lo mismo Brasil enfrentará una cuestión de ética, pues le toca el mandato de un año de presidencia, pero al mismo tiempo ratificó su salida del organismo, situación que se oficializará en cuestión de medio año.

Mientras tanto por "cuerda separada", algunos representantes de las naciones que renuncian a la Unasur, activaron varias sesiones de intercambio de opiniones para dar forma a otro bloque regional cuya sigla es la de Prosur, aunque su formación y vigencia oficial todavía no se ha concretado, precisamente en espera de que se cumplan los plazos que admiten los retiros dejando en libertad de acción a los involucrados para reagruparse en otra institución como planteó un diplomático ecuatoriano al sugerir que puede ser la propia Unasur, pero previo un profundo cambio en sus fines y objetivos integracionistas y no políticos.

Diplomáticos sudamericanos de amplia solvencia internacional, dejan ver algunas posibilidades de solucionar el problema, reestructurando la Unasur y exigiendo a sus miembros el cumplimiento de fines y objetivos, que nada tengan que ver con posiciones político partidistas en ningún país miembro del grupo.

Fuente: LA PATRIA