Daños cerebrales irreversibles en los jóvenes

La constante actividad de los órganos oficiales de prevención y consumo de drogas nos infiere, por las frecuentes confiscaciones de la droga marihuana en el país, que es incontestable la existencia de mercado estable para esa droga, la cual por estadísticas fiables es la preferida por la juventud.

Ante esta realidad objetable debemos concienciar sobre este drama y cada ciudadano sí puede ayudar a destronar este imperio de la droga realizando esclarecimientos a través de diálogos sencillos con sus hijos en primera instancia y luego con sus amistades sobre la acción de la droga; para ello pueden recurrir a buena literatura de prevención y educación contra las drogas.

Sobre todo, cada ciudadano debe asumir como verdad irrefutable que el medio más efectivo es la educación para disminuir los jóvenes adictos y las posibles adicciones generadas por la inmisericorde comercialización que realizan los traficantes, de los cuales no se puede esperar un ápice de consideración a la edad, al estado de formación de sus cerebros y al natural y biológico crecimiento de los jóvenes.

Apartándose de la indiferencia que reside sin solución de continuidad en parte de la ciudadanía hasta que sus propios hijos y familiares sean víctimas de la droga, es importante abordar este tema que ensombrece la vida futura de los jóvenes adolescentes que fuman marihuana porque si los adolescentes fuman marihuana antes de los diecisiete o dieciocho años es altamente posible que se inflijan voluntariamente, por moda, imitación o por falta de personalidad ante la presión de sus propios amigos o amigas, daños irreparables en sus cerebros.

En otro artículo similar escribí sobre la célebre Universidad de Yale, que ha publicado un estudio sustentado en una muy seria investigación, afirmando que con el consumo de marihuana, específicamente, el cerebro de los jóvenes se verá seriamente afectado por constantes deficiencias en la inteligencia, la memoria y la atención en todo proceso que requiera intelección, más grave aún, cuando estos jóvenes inicien la adicción a la marihuana regularmente, el tamaño del cerebro y la propia conectividad con otros centros del organismo, estarán sujetos a cambios y una de las consecuencias terribles es que tendrán un menor volumen de materia gris en la región de la corteza frontal del cerebro, y este lóbulo es determinante para el procesamiento cognitivo en la toma de decisiones.

Este informe de una prestigiosa universidad y sus científicos debería aterrorizarnos ante la posibilidad que algún hijo, hija, familiar o amistad ya se encuentren, sin saberlo, consumiendo marihuana.

Después de fumar marihuana se incrementa el riesgo de sufrir un ataque al corazón, durante la primera hora, cinco veces más altos que el riesgo normal de sufrirlo. Otro aspecto que no agradará a los jóvenes es la disminución de la potencia sexual debido a que los cuerpos cavernosos del miembro viril no reciben la necesaria cantidad de sangre en la excitación, entonces, hay que intentar excusas poco creíbles a la pareja.

El cerebro posee un circuito natural de recompensa y este no debe ser trastornado, disminuido o aniquilado por ninguna circunstancia. Se debería, como norma de cuidado, amarlo, por ser una creación perfecta, inimitable e irremplazable.

A los padres y jóvenes que leen esta columna debería producirles una sensata reflexión al conocer estos datos a la hora negra de decidir fumar marihuana, a sabiendas del daño real que ocasionan a sus cerebros, el órgano más maravilloso infundido por Dios, y por las degradaciones de la memoria y daño que se harán inexorablemente fehacientes a los doce meses de exponer al cuerpo a esta sustancia.

Confieso que no me es agradable escribir sobre este tema, sin embargo, es imperativo hacerlo por solidaridad a los magníficos jóvenes del país y del mundo.

*Es es abogado corporativo, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Alta Gerencia para abogados, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, Filosofía y Ciencia Política (maestn), doctor honoris causa (IWA-Cambridge University,USA)