El gas que nunca fue a Chile

La historia no la hacen los que protagonizaron los hechos sino los que la escriben, y esos suelen ser los vencedores. Es lo que sucedió con el gas. En octubre de 2003 el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada fue derrocado por una población que se comió el cuento de que el presidente quería venderle gas a Chile, enemigo de Bolivia desde la guerra del Pacífico en 1879. Se desató una conspiración promovida y financiada desde la Venezuela chavista, activada con presencia de las FARC y la inteligencia cubana, que se encargó de usar a medios y periodistas para desprestigiar al presidente y promover huelgas, bloqueos y pedidos de supuestas organizaciones campesinas, con el fin de alimentar la insurrección.

Fueron treinta y dos días en los que se desató el caos y la confrontación armada que culminaron con la renuncia presidencial. El gobierno que se defendió de esa conspiración terminó como el vende patria y los vencedores como héroes. Tanto fue así que el sucesor constitucional Carlos de Mesa Gisbert juró enjuiciar al presidente Sánchez de Lozada y evitar que una sola molécula del gas boliviano fuera a Chile.

Han transcurrido diecisiete años desde entonces. La ley de hidrocarburos que capitalizó a YPFB fue derogada por otra, se terminó nacionalizando el gas y de todo ello cantaron victoria tiros y troyanos, los vencedores de octubre levantaron sus banderas y acá estamos querido Sancho en medio de lo que nos dejaron esas jornadas cuando unos bandidos supieron confundirnos y engañarnos sin piedad.

No se ha vendido ni una sola molécula de gas a Chile, cierto, se vendieron miles de millones de moléculas al Brasil y la Argentina, se recibieron, calculan los que saben, unos 41 mil millones de dólares desde 2006 al 2017 por estas exportaciones y ese dinero que les facilitaron los vende patrias a los vencedores, no ha servido de mucho. A los gritos de victoria se han sumado rumores, tonos elevados de protesta y nadie sabe o quiere explicarnos a dónde diablos fue a parar ese dinero y por qué nos alarman con datos que dicen que no hay más gas, ni mercados seguros y que lo único seguro es que comenzaremos a importar gasolina.

Por otra parte, Chile anuncia que le venderá gas a la Argentina, que este hermano país ya no requerirá el gas boliviano a futuro y que el Brasil tampoco, al menos en las cantidades que se tuvieron. O sea que Chile parece que no necesitó de esa molécula de gas boliviano nunca y que todo el cuento de octubre se hunde en arenas movedizas, comenzando a develarse la verdad y a mostrar el rostro delictivo de octubre negro y sus consecuencias.

Uno de los rasgos de esta verdad tiene que mostrarnos la cara y las manos de los verdaderos vende patrias y traidores de poca monta. No podemos seguir callando y dejar que los autores de la traición más grande que se hizo a la patria se queden en el cuento de que el gas tuvo héroes, no es cierto, nunca los tuvo, sino traidores, usurpadores del poder y delincuentes que con el pretexto del gas han rifado la riqueza nacional, se han apropiado de ella y la han puesto en sus cuentas corrientes.

Sabemos que no están solos, que vienen acompañados de cárteles de la droga, de mercenarios al servicio del comunismo y que nunca les importó el cuidar de nuestras riquezas, que están dispuestos a dejarnos sin nada y apoyar a sus socios que como ellos han dejado a Venezuela en la ruina. Ya es hora de enfrentarles y también de descubrirles el rostro que llevan cubierto como bandidos que son.

Vía hoybolivia.com