La literatura es, un medio artÃstico que, aunque practique la crÃtica de formas pasadas, por estar en constante adaptación a los avances de la sociedad, jamás podrá limitarse a destruir lo existente con anterioridad. Por ende, es menester una reflexión en torno a la temporalidad de la literatura boliviana actual, orientada hacia el futuro, hacia lo que todavÃa no es más que la conexión con el pasado que nos condiciona y concreta de manera ineludible.
La literatura boliviana hoy, conlleva a repensar los parámetros temporales de la condición actual de la sociedad, a poner en relación de contigüidad contrastiva la contemporaneidad más absoluta con el pasado.
Por estar incluida en un momento cultural de mutación acelerada, la literatura estuvo sujeta, en el final de siglo pasado, a afirmaciones apocalÃpticas, que vaticinaban su fin. Mientras tanto el número de obras literarias, continuó a crecer en el mundo entero.
Por estar incluida en un momento cultural de mutación acelerada, la literatura estuvo sujeta, en el final de siglo pasado, a afirmaciones apocalÃpticas, que vaticinaban su fin. Mientras tanto el número de obras literarias, continuó a crecer en el mundo entero.
El siglo XXI transformó en muchos sentidos el hábito de escribir. Hoy, como afirma Edmundo Paz Soldán: "las fronteras de los recursos literarios se amplÃan"; y eso es gracias a las nuevas tecnologÃas que pululan en el mundo globalizado en que estamos inmersos. Ahora, ya no hace falta pasar meses o años investigando o consultando en las bibliotecas, hoy todo está en Google, Wikipedia, YouTube o buscadores similares. La sociedad cambió, hoy parece que vale más la práctica que la escuela.
A parte de las nuevas tecnologÃas influenciando en la forma de escribir, las temáticas que se hacen presentes en la literatura boliviana del nuevo siglo, son diferentes a lo que estuvimos acostumbrados en el siglo pasado.
Es necesario tener en cuenta que la antigua alianza de concepto de literatura con el concepto de nación perdió vigencia en el mundo globalizado.
Debemos reconocer que el escritor boliviano que trabajó la temática de las sucesivas dictaduras, y que constantemente se zambullÃa en elementos del realismo mágico o en cambio, escribÃa para desafiar a la sociedad, hoy por hoy, está en vÃas de extinción.
La globalización y la circulación más rápida de los grupos humanos y de las informaciones influyeron en la transición de la literatura del siglo XX al XXI.
Pues, la tecnologÃa derribó fronteras, apareció cambiando, ayudando a innovar y favoreciendo la práctica de la escritura. Ampliando la posibilidad de investigación, con deseo de información, con la esperanza de superación y con evidentes fines de incorporación por uno u otro camino más amplio. Sumado al hecho de poder leer instantáneamente lo que ocurre en el extranjero, todo eso va contribuido a la transformación que está sufriendo la narrativa nacional, que se está transformando en una literatura más cosmopolita.
La literatura, más que otras artes, define el mundo cultural boliviano, y hoy a los escritores del siglo XXI, no les interesa lo insólito, no quieren ser una excepción, abandonaron el paradigma indigenista o el revolucionario, y aspiran a ser una muestra más de la cultura del momento; y logran.
Se percibe, fuertemente, la internacionalidad desde la propia afirmación. Y a lo mejor, se hace una autoafirmación con naturalidad, por razones de estricta fidelidad y existencia, dejando en relieve el cosmopolitismo en la literatura boliviana del siglo XXI.
Es necesario tener presente, que existe el riesgo, sin duda, de incidir alguna vez, en la sumisión hacia lo foráneo; abandonando los idiomas originarios y reemplazándolos por modismos de otros paÃses o anglicanismos; antes de usar un idioma español más internacional, para alcanzar mayor número de lectores. Ya que el idioma español tiene su propio legado literario, que afianza su presencia por su excelencia y porque se trata de la segunda lengua global.
Por ende, las nuevas formas de hacer literatura, necesariamente, compelieren a un replanteamiento del orden canónico, que, por cierto, será distinto al orden que imperó hasta el fin del siglo XX.
La literatura boliviana alcanza el siglo XXI con un bagaje de valores universales experimentados de los que, en honor a la mesura, cito, como recordatorio, solamente unos pocos: Edmundo Paz Soldán, Camila Urioste, Vadik Barrón Rollano, Giovanna Rivero.
Por otro lado, dentro de la literatura y el arte, resurgen los colectivos artÃsticos plásticos y literarios, al margen de las coyunturas polÃticas oficiales, se caracterizan por la autogestión y la organización de lecturas públicas, reivindicando el rol de la literatura como un acto colectivo; además de que sus propuestas creativas irrumpen retomando premisas libertarias en forma y en contenido, promoviendo un arte que cuestiona y critica la cultura desde el centro mismo del acto creativo.
Las muchas vertientes que conforman la literatura, sumadas a la mezcla de estilos y a la experimentación crean un nuevo paradigma en la literatura del siglo XXI, obligándonos a dar una mirada plural a la literatura que, necesariamente, es un espejo donde el paÃs se ve reflejado para entenderse mejor.
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