El tÃtulo del presente artÃculo está inspirado en el tÃtulo de una de las partes del libro Stalingrado, del escritor e historiador Antony Beevor, llamada ´El mundo contendrá la respiración´. Y su contenido, inspirado en la correspondencia que mantengo últimamente con mi amigo Carlos Garafulic, y que gira en torno a la polÃtica boliviana y sus avatares.
La sociedad boliviana vive en una burbuja de irrealidades referidas a la polÃtica, pero principalmente a la economÃa. Está conteniendo la respiración bajo el agua de un rÃo que es falso porque está seco. La economÃa, al ser madre de los estudios sociales, es la que, en la historia, ha tenido más peso que cualquier otra explicación de tipo social en los fenómenos, y es eso lo que explica que muchas personas decidan su voto más por la realidad pecuniaria del instante, que por las descripciones dantescas que hacen los polÃticos de oposición sobre el quebrantamiento de la moral pública y las libertades ciudadanas.
Gran parte de la sociedad boliviana, en estos momentos y desde hace ya varios años, goza de una relativa estabilidad económica. Tiene dinero en los bolsillos, y es esta circunstancia la que hace que piense que, económicamente hablando, el paÃs está en un buen camino, o por lo menos en uno no muy malo. Y es en ese sector de la población donde está concentrado, en gran parte, el voto seguro y duro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Gran parte de la sociedad boliviana, en estos momentos y desde hace ya varios años, goza de una relativa estabilidad económica. Tiene dinero en los bolsillos, y es esta circunstancia la que hace que piense que, económicamente hablando, el paÃs está en un buen camino, o por lo menos en uno no muy malo. Y es en ese sector de la población donde está concentrado, en gran parte, el voto seguro y duro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
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