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En 2008, Unicef reportó 800 mil niños trabajadores en Bolivia. En 2016 el Gobierno celebró una reducción del 50 % y el Instituto Nacional de EstadÃstica (INE) divulgó que solo habÃa 393 mil. Sin embargo, en sus propios reportes de ese año habÃa 739 mil niños con trabajo o actividad laboral y la supuesta disminución no era más que una variación en la metodologÃa y las clasificaciones del trabajo infantil.
Guillermo Dávalos -consultor para Unicef y director de la Fundación Sepa, especializada en estudios y encuestas- analiza el "logro del gobierno":
"El primer dato que llama la atención es que desde 2016, hasta el dÃa de hoy, no han permitido el acceso al estudio completo. Pensamos, revisando la información parcial que se ha proporcionado, que tienen dificultades y confusiones y no quieren someter el estudio al escrutinio público."
"Por una parte nos dicen -y ahà basan su reducción del 50 %- que hay 393 mil niños realizando actividades laborales en Bolivia. Sin embargo, viendo con mayor detalle la misma información que ellos proporcionan, en otros acápites señalan que hay 739 mil niños que realizan actividades laborales. Esto es más cercano a la realidad, por tanto, en ningún caso estamos hablando de una reducción del 50 %."
"Por una parte nos dicen -y ahà basan su reducción del 50 %- que hay 393 mil niños realizando actividades laborales en Bolivia. Sin embargo, viendo con mayor detalle la misma información que ellos proporcionan, en otros acápites señalan que hay 739 mil niños que realizan actividades laborales. Esto es más cercano a la realidad, por tanto, en ningún caso estamos hablando de una reducción del 50 %."
Las contradicciones del INE, el silencio de sus funcionarios al respecto, y la falta de transparencia al no compartir los resultados de la ENNA con todos los actores involucrados, siembran dudas.
"Si hubiese sido una encuesta bien hecha, creo que los resultados hubieran sido diferentes. No son datos confiables, nosotros sabemos cuántos niños trabajan aquÃ. Ni siquiera sabÃamos que se ha hecho esa encuesta. De los resultados nos hemos enterado por X personas y por el internet."
Si Estefany Yucra, una de las trabajadoras más visibles y mediáticas del paÃs por ser vocera de Unatsbo, no obtuvo nunca su credencial de niña trabajadora, no hay mucho que puedan esperar los miles de niños y niñas que trabajan en la clandestinidad. Según datos de Unicef el 96 % de los menores desconoce sus derechos laborales por la pobre inversión del Estado en prevención.
"Casi todos los niños de aquà son ladrilleros. Desde los 10 años comienzAan a trabajar apilando ladrillos, cargando, en los hornos. A veces, llegan con dolor de espalda o se golpean. Otras veces se queman las manos porque los ladrillos salen calientes", cuenta la maestra Karina, que enseña en segundo de primaria.
"Los contratamos desde los 10 años. Aquà nadie trabaja gratis, a todos se les paga. Se les dan 10 o 20, pero se les da. Los niños aprenden facilito a hacer ladrillos, como jugando los hacen", dice Jorge, propietario de uno de los hornos, mientras carga a su pequeño de un año. En su familia, esperan que su hijo crezca un poco para ser ladrillero como su papá.
Para la maestra Karina, el barrio puede ser complicado. Ella dice que aquà -en una comunidad de migrantes quechuas de Chuquisaca- nada es normal. Aquà la maestra no les puede dar tarea para la casa porque no la hacen. Los padres se quejan si las llevan porque les impide trabajar.
En esta escuela -un edificio enorme ubicado en medio de la nada, a más de una hora y media de la ciudad- nada es normal: aquà no hay buses escolares, y los padres no llevan ni recogen a sus hijos a la escuela. Los niños caminan solos desde sus casas por curveados caminos de tierra. Y lo hacen con gusto.
"Les encanta venir. En otras escuelas los niños esperan las vacaciones, contentos, aquà no. Para ellos la vacación significa trabajar jornada completa por casi tres meses. Me dicen: maestra, no queremos vacación, queremos que abran la escuela, si cierran nos van a tener haciendo ladrillos todo el dÃa. Los pobres trabajan sin descanso."
Aquà esto es lo normal: para los niños la vacación significa explotación laboral infantil. Pero para estas familias es sólo un trabajo en el marco familiar comunitario.
En 2008, según un estudio de Unicef y el INE (Instituto Nacional de EstadÃstica) con supervisión de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), en Bolivia existÃan 800 mil niños y adolescentes trabajadores, equivalente a la población completa de la ciudad de La Paz.
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