El gas nuestro de cada día

Desde algunos años atrás, poco más de quince, por los informes que se manejan y retroceden en el tiempo para marcar un antes y un después en materia de producción de hidrocarburos, provenientes de yacimientos nacionales y definir la explotación y exportación del gas, producto estrella para nuestra economía, nos ubicamos en un periodo excepcionalmente favorable al interés nacional, por la vigencia de precios internacionales.

Los expertos repiten, coinciden y ratifican que "un sorprendente crecimiento de la economía boliviana", es el resultado concreto de haber vendido nuestra riqueza hidrocarburífera y de manera especial la gasífera, en un tiempo de buenos precios del barril de petróleo, referente para la comercialización de nuestros productos petroleros y sus derivados. La recuperación financiera en varios años permitió establecer en el país algo que se consideraba "la reserva estratégica de la economía boliviana". La misma en el último tiempo bajó ostensiblemente.

Por tratarse de recursos naturales "no renovables", la lógica consecuencia es una paulatina disminución del potencial productivo en algunas de sus fuentes originales, planteándose la necesidad de renovar los yacimientos, en base a planes de exploración y perforación de nuevos pozos, para reemplazar los que se agotan indefectiblemente.

Una serie de informaciones procedentes del frente oficial y algunas provenientes de ciertas autoridades de los países compradores del gas boliviano, coinciden en reconocer que se registra una declinación en los niveles productivos, lo que significaría poner en riesgo el cumplimiento de nuestros contratos, o dicho de otro modo más real, perder el valor que significa para el presupuesto nacional el cobro de varios millones de dólares.

Entre las más recientes informaciones sobre el tema del gas, la petrolera estatal confirma el agotamiento del campo San Alberto, cuya producción es la base de la exportación que hacemos al Brasil, pozo que es operado por la filial de Petrobras Bolivia; por lo mismo, en esta situación el Estado no será afectado directamente con las multas por incumplimiento que serán absorbidas por la filial brasileña. Se cuantifica el problema en una disminución de la producción de gas de 60 a 35 millones de m3/día, una situación preocupante, aunque posible de revertirla con el acondicionamiento de otras fuentes proveedoras.

Un analista petrolero advirtió que el bajón en la producción de gas natural si bien tiene un efecto negativo, según YPFB, el envío al Brasil no se altera sustancialmente pues se continúa enviando alrededor de 14 MMcd, en el otro frente van entre 10 MMcd a la Argentina y se cubre el mercado interno que demanda 12 millones3 diarios. Por lo menos hasta esos límites la producción y provisión de gas, se mantiene dificultosamente pero en un margen que ojalá no disminuya mayormente pues en ese caso se revelaría la fragilidad de nuestra capacidad productiva de gas.

Frente a las notas negativas surgen anuncios positivos, como el más reciente, confirmando que "se halló un nuevo reservorio en Incahuasi y que un solo pozo tiene potencial de 0,5 TCF de gas. La información añade que se trata de un reservorio extraordinario que tendrá una importante producción gasífera de 3,5 MMm3d, una alternativa para compensar el agotamiento de otro pozo.

Lo que falta es que se defina una estrategia más clara en materia de la producción de gas en el país, de manera que la población se sienta segura sabiendo la verdad sobre el delicado y estratégico programa del gas nuestro de cada día.

Fuente: LA PATRIA