Miercoles 10 de abril de 2019
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Luego de saber el resultado en La Haya, don Jaime Paz, manifestó: "Hemos quemado mal nuestro último cartucho con Chile". Parece que sí. Imaginemos esta situación extrema: un cazador y un tigre están frente a frente en un apartado rincón de la selva, ninguno tiene escapatoria. Sólo le queda al cazador un cartucho, por lo que - para sobrevivir - está obligado a no fallar. Con mirada vigilante el felino espera que se descargue el rifle. Suena el disparo y el tiro se va a cualquier parte. Y entonces la fiera, con los colmillos brillantes, se desliza ahora hacia donde está el hombre?
Si Bolivia fue a La Haya con su "último cartucho"; es decir, a plantear una demanda jurídica; los otros "cartuchos", ¿cuáles son? La guerra del Pacífico que perdimos y la diplomacia fracasada. Visto de otra forma: son tres los candados que nos hemos puesto con nuestras manos. Esto es, el de 1904, el de 1929 y el de 2018. Cada fecha comprende un capítulo aparte y de cada uno se levanta un dedo acusador contra la élite política. Casimiro Corral tenía la reputación de ser un jurista inteligente, pero firmó el peor tratado con Chile en 1866. "Nuestra desgracia es que en Bolivia - decía Roberto Prudencio - los hombres inteligentes son unos necios". Es que la política los transfigura, los corrompe y los vuelve tontos.
Promovió diversas reacciones el fallo de la CIJ. Los triunfalistas, los que subestimaron al rival; los que sobrevaloraron a los suyos, ensalzando su "impecable" argumento y su ofensiva "demoledora; esos, cayeron de más alto. En la vida hay hechos que miden exactamente la consistencia moral de las personas y de los pueblos, pero la peor forma de perder es tratar de escamotear la realidad o pretender suplantar la verdad con la mentira.