Miercoles 10 de abril de 2019
ver hoy
Semejante clamor, fruto del más abyecto servilismo, sólo puede caber en la mente y el espíritu de un zalamero enajenado por el poder que lo mantiene, pero lo maltrata. Se trata de una suerte de imbécil que se equipara a la esposa de un marido golpeador, que es capaz de certificar que el maltrato obedece a un amor sincero. "Me pega porque me quiere", una letanía que suele repetir cada vez que recibe una tunda.
Semejante acto de adulonería realizado por el presidente del Concsejo Municipal de Shinahota, es igual o mayor que aqueél perpetrado por ese oficial, dotado con una espina dorsal de goma, que llegó al extremo de acuclillarse ante su soberano, para amarrar los hguatos de su zapato; o al protagonizado por el alcalde de Achocalla que, a tiempo de inaugurar un coliseo con el nombre del Jefe de Estado dijo: "Voy a pedir de rodillas a nuestro papá y genio boliviano ¡Evo Presidente 2020-2025 y Evo por siempre!"; finalmente, el vergonzoso arrumaco del gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, cuando afirmó: "Nuestro presidente es otro enviado de Dios para el pueblo boliviano, como nuestros héroes que llevamos, en honor de verdad, en nuestro corazón. Nos guía, nos orienta, es la voz del proceso de cambio?"
¿Será posible tanta obsecuencia? Convengamos en que tales comportamientos sólo se dan en una sociedad decadente y sumida en la más cruel abyección, por el exceso de la arbitrariedad de los regímenes que las gobiernan, basados en dineros mal habidos, que los hace prepotentes y discrecionales. Baste ver lo ocurrido en la hermana república de Venezuela donde, el dinero en manos de un ignorante, sólo pudo contribuir en algo, más nunca crear nada, salvo dominio, y un universo de áulicos, chupamedias y serviles que, con su actitud, sólo ayudaron a empujar al abismo a su patria y al ignaro, a cometer toda suerte de desastres.