Los partidos polÃticos ya están en campaña electoral, para llegar a las elecciones generales de octubre, el partido oficialista tiene mayor ventaja porque dirige los órganos del poder, controlando toda la administración pública; en cambio, los demás partidos polÃticos apenas se están organizando para participar en estas justas eleccionarias, al calor emocional, por la premura de tiempo, sin contar con una filosofÃa polÃtica, programa social y económico para ofrecer a la población.
A los diferentes partidos polÃticos, se está arrimando la gente oportunista, desocupada, para conseguir trabajo; esto no es nuevo, los anteriores gobiernos, para llegar al palacio quemado, ofrecieron trabajo, la condición es que sea militante y hacer propaganda, pegando afiches, pintando, con sacrificio apoyando al proceso de cambio. A los desocupados no les interesa el denominativo proceso de cambio, lo que les interesa es un empleo, la mayorÃa de los partidos polÃticos se están convirtiendo en prebendalistas.
En la administración pública, si no tienes filiación polÃtica inclinada al oficialismo, no puedes conseguir un empleo; muchos profesionales con bastante currÃculum no pueden acceder a un puesto, y los trabajadores de la administración pública tienen que rezar lo que piensa y hace el oficialismo, de lo contrario están despedidos. Mucha gente se sacrifica en el estudio, pero por no pertenecer al credo partidario están excluidos. Cuando no les aseguran el trabajo, los militantes se van a otros partidos polÃticos, con el mismo propósito, obligados por el hambre, tienen que deambular por los diferentes partidos y mucha gente está apostando al ganador.
Los partidos polÃticos deben recuperar su credibilidad, confianza, tener su doctrina filosófica, programa económico, tienen que educarse para servicio a la población, respeto a la libertad de pensamiento, derechos humanos y no aprovecharse de la inocencia de la gente; cuando lleguen al poder, no actuar como botÃn de guerra, saquear los recursos que tiene el Estado, aceptar la diversidad social, no sólo gobernar para su partido, para su militancia, sino ser gobernante de todos los bolivianos, respetar la institucionalidad de la administración pública, asumir los cargos profesionales bajo convocatoria, valorar la importancia de la administración pública y privada, desarrollar el aparato productivo, garantizar la estabilidad laboral, crear fuentes de trabajo, luchar contra toda forma de corrupción y problemas sociales, tomar conciencia sobre los cambios climáticos.
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