Superlativa performance histriónica

Sólo se debe seguir la secuencia de las películas de Mario Moreno Cantinflas para comprender la profunda y genuina sensibilidad social que residía inmutable en el espíritu de este extraordinario mimo y que la expresaba histriónicamente. Es natural que se haya escrito abundantemente sobre la vida de este icónico artista de la comedia que, a opinión de este columnista, era un contestario social.

Es gratificante evocar su personalidad y los sentimientos que generaba y condensaba en sus mensajes como un trasunto de los argumentos cinematográficos, que él mismo creaba y los plasmaba en inolvidables y educativas películas.

La vida de Cantinflas se podría dividir en dos ámbitos perfectamente separables: su juventud y madurez, que se engrana paradójicamente con las películas en blanco y negro hasta la irrupción del color; Cantinflas fue un ser que sufría por la importancia de no poder hacer más por los demás, pues él mismo confrontó el rigor implacable de la pobreza y las limitaciones que entraña.

Sufría con las personas con un desbordante sentimiento por el prójimo y se asía al sentimiento cristiano de amar al prójimo como a sí mismo; por ello pretendía alcanzar bienes sensibles o espirituales con sus afirmaciones activas que eran recurrentes en sus películas. En la agitación sentimental aguda e intensa con las cuales hilvanaba sus diálogos, que eran la impronta de su emoción debido a que creía que el estado afectivo persiste de una manera uniforme cuando recibe el nombre de estado de ánimo.

Su sentimiento estaba íntimamente fundido con el conjunto de su vida consciente; la envuelve y sostiene en sus diálogos, inentendibles para unos, pero superlativamente moralizadores y reflexivos; exultantes de longanimidad y con permanencia vigente, para otros; vea el lector alguna película de él y encontrará mensajes que se adecúan perfectamente a la conducta humana y de las instituciones actuales. Era precisamente reflejo de su desarrollo psíquico total como cualidad de su vida anímica.

Sus primeras cintas infieren diáfanamente lo que el artista trata de corporizar, no sólo histriónicamente sino como una proyección de su propia vida y lo que observa de la sociedad que naturalmente influía sobre él: la mejicana, que no es extraña ni muy diferenciada de las restantes sociedades latinoamericanas. Esta realidad constituyó como resultado, independiente del éxito abrumador y delirante en su país, la aceptación plena y comprometida de Latinoamérica.

Ejemplificando, en la película "A volar joven", Cantinflas irradia la asunción del sentimiento puro del amor desinteresado y desembarazado de posesión de riquezas. Según el guión, al futuro suegro le cuesta convencer la Cantinflas a casarse con su desairada y aparentemente inatractiva hija. Cantinflas cede, pero nos enseña que cuando uno está casado es leal y respetuoso a la esposa y dedicado a su amor.

En las coplas que rivaliza con el pretendiente rechazado por la hija y los potentados y ricos suegros, la capacidad histriónica de Cantinflas es notable hasta las lágrimas, pues pretendiendo tocar los instrumentos con los que alterna respondiendo a cada copla, le enseña a su rival que el interés y el ansia de posesión de riqueza por una unión matrimonial es efímera; por ello lo apabulla con letras musicales de un profundo significado. Esta escena de las coplas quizás sea la más lograda de Cantinflas, aunque dispone de otra de igual performance como el disfraz y el baile de una guaracha en la película "El bombero atómico".

Siguiendo con "A volar joven", en el avión en vuelo, ambos descubren que son diletantes e inexpertos pilotos; sin embargo, la oración del Padre Nuestro modificada por Cantinflas para la ocasión es genial, y está implícitamente dirigiéndose a todos los pilotos del mundo para que asuman los cuidados extremos en aras de obtener la máxima seguridad.

Finalmente, en todas las escenas de baile, preferentemente en las películas en blanco y negro, este extraordinario artista sabía combinar las notas de una pieza musical con sus habilidades gimnásticas que no desentonan pues están en armonía con las notas y sólo él podía combinar lo cómico con la cadencia rítmica. Por lo expuesto, aunque escuetamente, este artista, ya fallecido, influyó e influye en las generaciones.

*Es abogado corporativo, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Alta Gerencia para abogados, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa (IWA - University of Cambridge, USA).