Filosofía y docencia veraces

El tema de esta columna tratará del aspecto más sensible de la humanidad que es la educación, la misma, proyectada hacia la docencia, pues no es solidario adquirir educación para sí sin la acción generosa de transmitir esos conocimientos, ausente de temor que sean copiados o imitados, siempre y cuando se citen a sus autores. La aproximación a la Filosofía como esencia de todas las ciencias es determinante para una docencia exitosa.

Cada clase que se imparte, respetando su ordenamiento académico, es decir su programa analítico, debe ser enriquecido por las cogitaciones investigativas del catedrático o facilitador al preparar su clase, pues preparar la clase, aunque se tenga la experiencia de muchos años, es obligación moral y de respeto a los estudiantes, debido a que cada clase debe constituir una deposición de nuevos conocimientos y aportaciones al tema establecido en el programa.

De esta forma el docente asigna a su clase una singularidad a la impartición de conocimientos que los estudiantes reconocerán como un aditamento o plus positivo para su formación, pues el catedrático que no filosofa ni realiza investigaciones e inferencias sobre el tema y los sitúa a la dialéctica con sus estudiantes, está repitiendo la clase magistral que puede ser intachable pero que la pedagogía actual le exige participación interactiva.

¿Qué está sucediendo en la intimidad de las universidades?, se debe desvelar verdades sin eufemismos como aquella que el caos en las universidades es la obsesión mercantilista y, respecto al conocimiento, las innovaciones propuestas por el catedrático que es el que genera conocimiento del cual no se puede prescindir, deben ser sometidas a la aprobación de los administrativos, acción detectada que posterga la renovación continua de los programas analíticos, perjudicando a los estudiantes sometidos a programas anacrónicos; por lo que es fácil inferir que las universidades están dirigidas por los administradores, no por los docentes, investigadores, menos por los científicos.

�sta es naturalmente una audaz posición por la cual observamos que el conocimiento genuino se estructura por la multiplidisciplinariedad traspasando el rígido marco de la especialización y departamentalización académicas, por lo contrario, esas políticas desbordan y subvierten al pernicioso purismo conservador.

Lo expuesto aboga por una universidad que tienda a la hibridez y al humanismo de conocimientos, es decir, no al sedentarismo y al estatismo o rutina, pues la frontera de los conocimientos que es lo más sensible, es lo que provee una nueva dimensión que se evade de las estructuras rígidas y preconcebidas para generar un simple productismo intelectual.

La hibridez transdisciplinaria direcciona a la valoración de la frontera entre los campos de estudio con oportunidad de reunir y mezclar, que como resultado, fusionará los conocimientos y los amalgamará en una proclividad a la diversificación de los objetos de estudio.

*Es abogado corporativo, posgrados en Filosofía y Ciencia Política (maestrn), Alta gerencia para abogados, Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa con tesis aprobada, (IWA.Cambridge University, Usa)