Cerros que se comen viva a la gente

"La Paz se merece un área verde como las grandes capitales, ¿Hasta cuándo no vamos a tener un parque de diversiones? Era más o menos la primera justificación que emitía a la prensa la novel alcaldesa de La Paz, doña Gaby Candia de Mercado.

Cuando el MNR estaba a punto de culminar la primera gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada, el equipo "ultra neoliberal" y político de los movimientistas, idearon una medida absolutamente demagógica y proselitista, para ganarse el cariño de la tercera edad y por ende del votante en general.

Como la capitalización (mal hecha) de empresas como Entel, Yacimientos o Ferrocarriles dejó fondos en bancos que pagaban muy buenos réditos, los "enemigos del pueblo" no tuvieron mejor idea que en lugar de invertir esos fondos, era mucho mejor regalar esa plata a manos llenas, para de esa manera, ganar los votos de los benficiados.

La medida se llamó el "Bonosol", que significaba bono solidario y no tenía la más mínima sostenibilidad en el tiempo, sin embargo, como el público al cual estaba destinado, es extremadamente vulnerable y afectarlo de forma directa significaría un golpe político muy fuerte, hasta la fecha, es el regalo estatal más longevo de todos, con 22 años a cuestas.

Sin embargo, en cuanto el General Banzer asumió el gobierno, la megacoalición, trató de borrar de la faz de la tierra, todas las medidas de orden económico que había impuesto la última gestión del MNR, y el primer objetivo fue justamente el popular regalo en efectivo, del cual buscaron la forma de hacerlo desaparecer.

El MNR movilizó a los abuelitos y a la cabeza de todos ellos marchaba su ideóloga, la ex secretaria de Hacienda doña Gabriela Candia, quien proclamaba a todos los vientos su sostenibilidad y el hecho que no se podía quitar un derecho ganado por los ciudadanos de la tercera edad.

Toda esa aventura puso en la palestra política a la economista, y la proyectó como una política joven con grandes condiciones para hacerse cargo de la silla edilicia de la ciudad de La Paz.

El MNR la postuló a las elecciones y entró en contienda contra figuras de mucha experiencia como don Ronald McLean, Julio Mantilla y otros.

No ganó las elecciones, pero le alcanzó para ser Concejal y como era la Ley de Municipalidades de aquellos tiempos, le permitió hacer una nefasta jugada comprando los votos de sus colegas del Concejo Municipal, para que la elijan como nueva alcaldesa, en lugar de ratificar en el puesto a quien había sido elegido por el voto popular como era el licenciado McLean.

Durante su gestión, dos obras se destacaron entre las demás, que fueron la ampliación de la Plaza Murillo y la refacción del Prado, aunque ambas fueron muy criticadas por poner a la ciudad en escombros justamente mientras se llevaba a cabo la Copa América en nuestro país.

Pero a finales de 1997, no fue una obra, sino una compra la que disparó un escándalo que le costó la silla y a la larga la libertad.

Resulta que doña Gaby, había comprado para el municipio, un terreno en pleno centro de la ciudad, denominado Santa Bárbara. El problema no era tanto la compra, ni el precio, sino el detalle de que la parte que se había adquirido era un farallón y una pared, cuya superficie no iba a permitir hacer obra alguna, y para el que no existía proyecto alguno.

Se trataron de dar justificaciones de todo tipo, pero el escándalo, los trinquetes de por medio, el sobre precio, y las irregularidades en los documentos de propiedad, hicieron que a la larga, se condene a doña Gaby a cinco años de cárcel, los cuales no cumplió nunca, porque se dio a la fuga y no volvió por el cambio jamás.

Hoy en día, al parecer es otro cerro el que le va a costar carísimo al actual alcalde de la ciudad del Illimani. Don Luis Revilla, estaba eludiendo exitosamente todos los controles puestos por el MAS en el Palacio Consistorial de La Paz, para poder hacerse de una de las más importantes alcaldías de Bolivia.

Todo parecía estar en orden, hasta que un problema, que aparentemente está más reñido con la moral y la ética que con la corrupción en sí, hizo que se disparen las alarmas, y el partido de gobierno obtenga el escandalete que estaba buscando para dañar la imagen del joven alcalde si, pero sobre todo, para horadar la imagen de su principal aliado, don Carlos Mesa Gisbert.

Al parecer, la esposa de uno de los hombres más cercanos a Revilla, el Concejal Siñani, es una jurisconsulta de mucho peso entre el empresariado, dado que representa legalmente a dos gigantes, uno de la basura y el otro de los autos.

La relación marital entre alguien que representa a una empresa contratista del municipio y uno de los concejales, hace que el tráfico de influencias esté al orden del día. Los miembros del gobierno edilicio del oficialismo y la oposición han empezado con las acusaciones cruzadas, y quien fuera tildada de traidora luego del episodio en Chaparina, hoy es la protegida del MAS para que pueda desnudar las debilidades dentro de Sol.bo.

Muchos capítulos están por develarse en este culebrón, y vaya uno a saber en lo que terminará, lo que sí está claro, es que el cerro que cedió gran parte de su superficie al Teleférico, está a punto de enterrar la carrera de Revilla, por un problema en el que aparecieron personajes que, en vez de aclarar, sólo enturbian las cosas.

*Es paceño, stronguista y liberal