Preocupante: Silala tema reservado

A fines del pasado mes se puso nuevamente en tapete de discusión el asunto relacionado con nuestra demanda marítima; una interpelación de por medio al canciller para exigirle un informe pormenorizado de cómo se desarrolló la "defensa marítima", que terminó con una frustración a los anhelos nacionales de generar en Chile responsabilidad para admitir nuestro pedido y encarar, por la vía del diálogo, un acercamiento de alta diplomacia que permita a las partes resolver el centenario problema, sin llegar a extremos de ninguna naturaleza.

El asunto salió favorable a Chile, que no está obligado a tratar el tema de manera directa, lo que significa que nosotros, los bolivianos, "los afectados" debemos esperar pacientemente una determinación del Gobierno chileno para encontrar una fórmula que nos abra la salida al mar, por decirlo de esa manera. Aunque en los hechos y en el trajín diplomático de un esquema conservador y radical de Chile, esa alternativa parece lejana, no definitiva porque hay una justicia superior que tomará en cuenta, la necesidad perentoria de Bolivia, para recuperar el territorio perdido por una invasión artera y desigual.

Los tiempos cambian como también sucede con las necesidades y responsabilidades de los pueblos, de las naciones, de los gobiernos, que no pueden aislarse, pero tampoco aislar indefinidamente a los vecinos. Este es un asunto que merece un tratamiento de alta diplomacia�el quid del asunto, si mencionamos la nuestra.

Ahí está precisamente la preocupación de algunos parlamentarios nacionales, especialmente del sector opositor, aunque se suman algunos legisladores oficialistas, cuando se indaga sobre muchas razones que no han sido expuestas en su magnitud sobre el trabajo diplomático y jurídico que encomendó nuestro Gobierno a un grupo de profesionales, que a su vez cumplieron lo que supuestamente se les encomendó, aunque todavía no sabemos lo que fue y por qué falló en su efecto demostrativo ante el pleno de la CIJ.

Como quiera que viene luego el cumplimiento de otras gestiones ante esa misma instancia, pero ahora con el delicado asunto de las vertientes bolivianas del Silala, es natural la preocupación nacional, expresada a través de portavoces parlamentarios y posiblemente surjan también demandas de sectores institucionales, requiriendo informes sobre el curso de las gestiones expresamente diplomáticas, pues ése es el nivel en que se maneja el caso.

Como respuesta a esos planteamientos, el canciller ya expuso su punto de vista, señalando que "no es prudente en este caso mientras tratamos temas que se van a exponer en los alegatos y audiencias en la misma Corte de La Haya�Aquí en Bolivia se va a interpelar a las autoridades bolivianas", criticando de ese modo a los interpelantes, añadiendo que "son temas de reserva estatal", se entiende en el caso del Silala y la estrategia de la defensa. Pero son los detalles conexos lo que interesa a la comunidad, saber si será el mismo personal que trabajó en el caso marítimo, si hay cambio, si se fortalece la participación de expertos diplomáticos y las alternativas de configurar en nuestro territorio todo un programa en defensa del Silala, claro está con el cumplimiento de proyectos que hagan realidad, la presencia activa comunitaria para pasar a la estrategia práctica de usar y defender territorio y riqueza natural.

Se trata de una "responsabilidad de Estado", lo remarca el Canciller, pero se necesitan pruebas de esa posición para contrarrestar las acciones chilenas que han enviado comisionados de alto nivel a la zona del Silala para observar en el terreno la estrategia de su defensa, mientras nosotros seguimos en la retórica política que es la menos importante, ante una tarea de alta diplomacia.

Fuente: LA PATRIA