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Viernes 05 de abril de 2019

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Perspectiva Minera

Robo de minerales en las minas tiene seria connotación social

05 abr 2019

Se trata de un problema relacionado con la falta de empleos � Según algunos estudios responde a un fácil enriquecimiento � Comercializadoras de mineral incitan al robo de concentrados

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Está visto que el robo de minerales (juqueo) en las minas y principalmente en el distrito de Huanuni, responde a una connotación social que tiene serias variantes empezando por la falta de empleo seguro para algunas decenas de desocupados, pero también se han establecido ciertas condiciones que prevalecen entre ex trabajadores de la empresa, por una parte y por otra, la incitación de algunas comercializadoras de minerales, para cerrar un círculo de operaciones delictivas, que arroja muy buenas ganancias, que compensan los riesgos que enfrentan los jucus, según revelaron algunos comprometidos en el negocio ilegal.

Por lo menos y hasta donde se conocen datos sobre la situación de jucus detenidos, la mayoría están con "detención preventiva", aunque el ilícito es un abierto robo de bienes a una empresa del Estado afectando seriamente su economía, por lo tanto las sanciones deberían ser aplicadas con rigurosidad, además de sentar precedente para que disminuya la incursión de ladrones en los socavones mineros. Una medida de cierre y resarcimiento económico tendría que aplicarse a propietarios de las comercializadoras que hacen negocio con la compra y venta de minerales robados.

Por lo menos y hasta donde se conocen datos sobre la situación de jucus detenidos, la mayoría están con "detención preventiva", aunque el ilícito es un abierto robo de bienes a una empresa del Estado afectando seriamente su economía, por lo tanto las sanciones deberían ser aplicadas con rigurosidad, además de sentar precedente para que disminuya la incursión de ladrones en los socavones mineros. Una medida de cierre y resarcimiento económico tendría que aplicarse a propietarios de las comercializadoras que hacen negocio con la compra y venta de minerales robados.

Fuera del explícito delito de robo, hay que considerar el perjuicio que se ocasiona a la empresa, en este caso Huanuni que arrastra una pérdida de gestiones pasadas y que se agrava con la sustracción de concentrados por un valor estimado de por lo menos dos millones de dólares mensualmente, mientras que en una contrapartida desigual, la Empresa Minera Huanuni (EMH), percibió 4 millones de bolivianos, por concepto de regalías mineras por la gestión 2018 y los ejecutivos tienen la esperanza de que el presente año el monto llegue a los 5 millones de bolivianos, un monto que favorecerá al cumplimiento de algunos proyectos sociales para el municipio de Huanuni.

Un tercer elemento

A través de una investigación periodística de un matutino cruceño se estableció la "aparición" de un tercer elemento, un intermediario entre los jucus y los compradores del mineral robado, personajes de abierta vinculación con los delincuentes, pero operando de manera muy disimulada y hasta encubierta para facilitar el proceso de ingreso a la mina de los jucus, la acumulación de concentrados en sitios predeterminados y la entrega del mineral a otra instancia que traslada lo robado fuera de la mina y llega hasta los compradores

A estos elementos los denominan como "coyotes", poco identificados, pero se han convertido en piezas importantes de una maquinaria que funciona además encubierta en ciertos niveles laborales, pues se sabe que jucus y coyotes en varios casos tienen vínculos familiares directos con algunos trabajadores, una situación que denunció tiempo atrás uno de los últimos gerentes que dejó la empresa de Huanuni.

La aparición de los "coyotes" es otro agregado a la cadena delictuosa de los jucus, pero por lo observado con mayor peligrosidad que los primeros, pues estos organizan "bandas de ladrones" con gente que no sólo desea lograr algunos ingresos para suplir la falta de empleo, los coyotes son ambiciosos y su meta es lograr la mayor cantidad de mineral robado para comercializarlo, inclusive fijando precios que incluyen un valor adicional por "riesgos y compromiso".

Como se puede observar el robo de minerales que realizan los "jucus", es sólo una parte de lo que se está convirtiendo en un verdadero negocio, organizado con la participación de otros elementos como los coyotes, que vienen a ser una especien de custodios y guías para camuflar el mineral robado, sacarlo de la mina y entregarlo a los compradores, burlando la vigilancia policial y militar y "trabajando" en una disimulada posición de supuestos trabajadores regulares, pero con aviesos fines delictivos para sustraer enorme cantidad de mineral.

Inversión para combatir el robo de minerales

La Empresa Minera de Huanuni, de manera directa, pero también solicitando asistencia extra al ministerio de minería, está ampliando los sistemas de control contratando un mayor número de efectivos policiales y militares, pero además la instalación de cámaras de seguridad y hasta "drones", para tratar de identificar a los delincuentes y ubicar los sitios que son utilizados para acumular sacos de minerales conteniendo el mineral que debería servir a la empresa y no perderse en un negocio ilícito que debe ser neutralizado.

Necesariamente debe disponerse de un soporte extraordinario que permita de una buena vez, ejercer absoluto control en todas las áreas de explotación minera, cerrando socavones ilegales, sancionando severamente algunas condiciones de complicidad entre trabajadores y jucus, exigiendo a las autoridades judiciales, disponer la aplicación correcta de un castigo ejemplar por robar la riqueza del Estado, que también es propiedad del pueblo.

Hay vario indicios que permitirán mayores investigaciones y acciones contra los jucus, pues se sabe que los delincuentes utilizan los ex campamentos de Duncan, Cataricuaga y Patiño, para esconderse y camuflar el mineral extraído del interior del Posokoni, evitando temporalmente el seguimiento de los guardianes del orden. Identificados esos centros, la acción legal no debe dejarse esperar y esos escondites temporales deben ser controlados o como sugieren algunas autoridades destruidos, para cortar las acciones de los jucus.

El tema general del robo de minerales en las minas y especialmente en Huanuni, debe merecer un estudio particularizado, por sus connotaciones socio -laborales, por las condiciones permisibles en cierto tiempo, que han facilitado la incursión de mineros "descontentos" y luego de ladrones de oficio que tienen un negocio habilitado en la mina de Huanuni.

La situación laboral en Huanuni es sumamente compleja, precisamente desde que se abrió su planilla de mil trabajadores para admitir cuatro mil más, bajo la circunstancial presión socio política en un periodo crítico, que se impuso por la cantidad de cooperativistas que propiamente ocuparon la empresa alterando el esquema administrativo de lo que hasta entonces era el distrito más productivo del sector estatal.

Se ha disminuido el número de trabajadores en los últimos años, ahora son en planilla algo más de tres mil y se espera que este año esa cantidad también sea reducida para nivelar los costos de producción. Una movilización de desocupados que efectuaron bloqueos y manifestaciones, demandando puestos de trabajo en Huanuni, actuaron contra la corriente y pese a cualquier tipo de presión, resulta imposible en Huanuni contratar ni una sola persona más

Las circunstancias están dadas de ese modo y se espera que las autoridades del ministerio de minería y las de Comibol, asuman responsabilidad para evitar mayores daños por el robo de minerales, un problema que debe eliminarse.

Medios, Agencias, PM.

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