Jueves 04 de abril de 2019

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Estamos enfrascados en una intensa actividad preelectoral. Los comicios generales para elegir presidente, vicepresidente y congresales que han sido adelantados para el próximo domingo 20 de octubre ponen a prueba el sistema electoral vigente. Ciertamente las elecciones constituyen uno de los elementos esenciales de la democracia; es decir, que los ciudadanos escojan libremente no solamente personas, sino el modelo que desean para un futuro gobierno. Para ello, sin embargo, hay una condición ineludible: que las elecciones sean limpias, libres de presiones ilegales, y que se basen realmente en el voto de los ciudadanos inscritos en un padrón confiable.
La gran preocupación de los ciudadanos, aun de los que fervorosamente apoyan a candidatos que prometen un cambio de rumbo, es que se repitan las prácticas tramposas en las próximas elecciones. AsÃ, muchos desconfÃan que en octubre se sabrá la verdadera decisión de los bolivianos.
Es más. No se trata que en octubre los electores estén ante la alternativa de aceptar o no los resultados de estas elecciones, sino también de respetar lo que ellos mismos decidieron en el referendo del 21 de febrero de 2016. No sólo hay una decisión democrática, sino una obligación legal, y aún moral, de respetar una regla constitucional que evite la elección indefinida de los gobernantes.