Miercoles 03 de abril de 2019
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Cuando pensamos que el populismo da sus patadas de ahorcado y está de salida del escenario político latinoamericano, donde estuvo presente por dos décadas, y dejó aún pequeños reductos de su maléfica presencia, hete ahí que México, una de las naciones más grandes de nuestra América, tardíamente ha caído presa de esta peste, al colocar en el solio presidencial a Andrés Manuel López Obrador, más conocido por el acrónimo de AMLO, como un vector de esta pandemia que ya parecía superada.
En efecto, este provecto anciano arremetió con vocación de tractorista contra el Papa y el Rey de España, mediante una carta donde les exige pedir perdón a los pueblos originarios, por las violaciones cometidas durante la llamada "conquista". Algo así, como si Israel exigiese al Vaticano el pago de los gastos que subvino la ?ltima Cena de Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles.
Esta hilarante, como ridícula petición del mandatario azteca tardó menos de un segundo en viralizarse por las redes sociales, concitando la justificada repulsa de relevantes personalidades de la cultura, como el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien durante la inauguración del VIII Congreso de la Lengua en Córdova- Argentina, donde estaban presentes los reyes de España dijo, en alusión a la carta: "Tendría que habérsela enviado a sí mismo y responder por qué México, que se incorporó al mundo occidental hace 500 años y desde hace 200 disfruta de plena soberanía como país independiente, tiene todavía a tantos millones de indios marginados, pobres, ignorantes y explotados".