Familias se desplazan por maras en Honduras y carecen de soluciones duraderas
31 mar 2019
Fuente: San Pedro Sula (Honduras), 30 (EFE)
Anny Castro
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Las amenazas de pandillas es uno de los motivos, además de la extorsión y la inseguridad, por los que muchos hondureños se desplazan de manera forzada en Honduras, que registra unas 240.000 personas desplazadas en los últimos 14 años y requiere soluciones duraderas.
"A mi hijo me lo han andado persiguiendo para que se meta a las pandillas (...) y por eso nos hemos estado mudando", relató a Efe "Carmen", nombre ficticio de una hondureña que por miedo ha tenido que desplazarse al menos tres veces con sus ocho hijos.
Grupos formados por jóvenes y adultos dominan algunos barrios de Honduras con un "modus operandi" basado en el asesinato y la extorsión, prácticas a las que se suman la amenaza y la persecución.
Carlos decidió huir de Honduras pues los pandilleros lo amenazaron con que si no se unÃa al grupo "iban hacer que se comiera los huesos de la mamá y de sus hermanos", señaló la mujer con la voz entrecortada.
El joven, de 18 años, trabajaba en un negocio familiar en un mercado popular de San Pedro Sula, pero al no recibir respuestas de instancias estatales tuvo que abandonar "todo" para protegerse a sà mismo y a su familia, dijo la mujer con lágrimas en los ojos.
A la mujer le preocupa que hoy "no sabe nada" de sus dos hijos que salieron rumbo a Estados Unidos y con quienes desde hace más de dos semanas perdió contacto.
Con tristeza, asegura que su vida ahora es "bastante difÃcil" y lamenta que cinco de sus hijos no asistan a la escuela desde 2018 por las amenazas y "no tener nada estable".
Las constantes intimidaciones han obligado a Carmen a mudarse tres veces dentro del paÃs, donde estos grupos extorsionan principalmente a empresarios y empleados del transporte público.
Las pandillas amenazan además de muerte a familias enteras para conseguir dominar el territorio, empujando a decenas de personas a huir de Honduras, que reconoce el fenómeno.
"Pedro" es otro joven hondureño que vivió una experiencia similar a la de Carlos y su familia. Tuvo que afrontar junto a una hermana y su novia el desplazamiento forzado interno por amenazas de una pandilla.
"Tuve que salir de mi hogar porque ellos (los pandilleros) nos amenazaron de que a nosotros nos podÃa pasar algo, andaban buscando a uno de mis hermanos vinculado a las pandillas" y que está en paradero desconocido, explicó a Efe Pedro.
"A veces nos da nostalgia y queremos regresar a nuestros hogares por motivo de desesperación, a nuestras familias no las miramos, sentimos temor", subrayó.
Según cifras oficiales, la violencia por el crimen o las pandillas causó el desplazamiento interno de unas 240.000 personas en Honduras entre 2004 y 2018.
El jefe de misión del CICR en Honduras, Alexander Formisano, dijo a Efe que el fenómeno está "invisibilizado" en el paÃs, por lo que es difÃcil contar con polÃticas públicas que "se adapten" a la problemática, que no es exclusiva de esta nación.
Destacó que Honduras ha impulsado iniciativas que le han permitido "poder calibrar un poco mejor la respuesta" hacia los afectados.
Formisano pidió hacer una "reflexión sobre las comunidades de acogida y las presiones que pueden tener estas personas" frente al desplazamiento forzado.
Uno de los principales retos de Honduras es "poder dar respuestas duraderas", porque "si no se hace una respuesta integral a largo plazo, la vulnerabilidad de las personas se mantiene" y, por lo tanto, "es fácil que incurran en una segunda fase de desplazamiento o que vuelvan a las zonas de riesgos originales".
Todas las iniciativas emprendidas por el Gobierno, como el anteproyecto de ley para proteger a los desplazados presentado esta semana, deben traducirse en "hechos concretos y reales" para que el problema sea tratado "de la manera más concreta posible".
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