Hay que tomar previsiones financieras

Aunque parezca un hecho que se "arreglará en el camino", como señalan algunas autoridades que manejan la economía nacional, el problema que confronta el país vecino de Argentina tiene una fuerte incidencia en el nuestro, pues pasando los límites fronterizos se observan los estragos que produce un comercio totalmente irregular con la oferta de infinidad de productos argentinos con precios altamente competitivos que afectan la producción nacional que se vende a precios reales de acuerdo a los costos de fabricación y que resultan más caros que los introducidos vía contrabando en mayoría y algunas cantidades importadas legalmente.

Hay que estimar la situación generada en la Argentina donde el dólar alcanzó cifra récord en su valor comercial llegando a 43.50 pesos, originando una estampida en el comercio monetario con la consecuencia inmediata de generar una alta inflación y una dura recesión económica que aumentó la incertidumbre de millones de argentinos.

Sin embargo en el análisis de los expertos en economía de nuestro país muestra una figura realista, al coincidir con los economistas vecinos que califican el hecho como "una pesadilla cambiaria" que debilita drásticamente el peso argentino con relación al dólar de EE.UU. La reacción de la gente fue la de comprar masivamente los dólares que podían ser obtenidos más en el mercado negro, que por la vía legal de entidades bancarias, lo que produjo una abierta alteración del comercio de divisas que se traslado a la urgente necesidad de hacer comercio masivo�y que mejor si se lo cumple en la vecindad fronteriza, en la que "entra" nuestro país que siente directamente la presión del comercio de emergencia.

Si bien, el Presidente Macri ha minimizado el efecto del impacto cambiario y estima que se "regularizará" el proceso en cuestión de algunos días, disponiéndose medidas especiales bajo control del Banco Central de ese país, lo evidente es que tal mecanismo aún no funciona y los productores industriales y comerciales están desesperados de recuperar capitales así sea con mínimas utilidades, pero buscando socorro en la provisión de sus productos en un mercado en el que no hay variable monetaria, el caso de nuestro país donde es posible un comercio de inadmisible competencia, poniendo en riesgo la industria nacional en sus diferentes niveles.

Lo que se aprecia en la práctica, es que un peso argentino debilitado obligará a Bolivia a responder con políticas de emergencia que hagan frente al comercio exterior, especialmente al que se origina en la frontera donde todavía no se han dispuesto medidas de control y el cumplimiento de ciertas reglas que impidan la competencia desleal y atentatoria al sistema productivo nacional. Se trata de un hecho evidente que no puede ser desconocido y que en defensa de los intereses de nuestro sector productivo, amerita una urgente disposición que regule el "libre comercio competitivo" y garantice el que corresponde a nuestra industria, incluso a la actividad agropecuaria boliviana.

Por lo visto autoridades económicas del vecino país no están controlando el proceso inflacionario y por tanto no se logra neutralizar la subida del dólar que en su transacción de frontera genera utilidades especiales al comercio de productos argentinos y con preferencia en Bolivia, donde el cambio monetario es invariable. Por lo mismo se necesitan medidas especiales que eviten la internación de productos de contrabando y un comercio de dólares en mercado negro. Se necesita una política de previsiones para cuidar nuestra industria, agroproducción y la economía en general.

Fuente: LA PATRIA