Nos preguntamos ¿Cuándo fue la última vez que sentimos envidia?, en el teatro o en el cine ante una desbordada ansia de asistir a una conocida representación teatral o ver una buena pelÃcula cuando no podemos obtener entradas, pero sà nuestros vecinos que nos saludaron amablemente al ingresar al teatro o cine.
Un ejemplo paradigmático para todos son Abel y CaÃn dentro de la cultura cristiana como expresión demencial de la envidia, por lo ocurrido, de la rivalidad entre hermanos; en este caso fue unilateral pues Abel jamás concibió ese impulso.
Un ejemplo paradigmático para todos son Abel y CaÃn dentro de la cultura cristiana como expresión demencial de la envidia, por lo ocurrido, de la rivalidad entre hermanos; en este caso fue unilateral pues Abel jamás concibió ese impulso.
Finalizo los ejemplos con el significativo de los niños cuando dicen vehementemente "yo quiero", entonces se trata de un sentimiento convertido en envidia, aunque el párvulo no tenga, por la edad, conciencia plena de su expresión.
Un sociedad que vive en un sostenido estado de envidia tabulada en competencia es la norteamericana, empero, entre ellos nadie osa reconocerla pues como se afirmaba, serÃa muy embarazoso e inescrupuloso para la imagen del envidioso.
La envidia es dependiente para que aflore, lo que no debemos permitir, del bagaje de bondad y buenos atributos que el prójimo posee, lo cual genera una contraposición y, esta envidia es apta para identificar el mal carácter de una persona que se puede proyectar a una gran parte de la población.
Otro elemento que genera la envidia es la comparación entre sÃ, que es muy intensa y a veces incontrolada debido a que puede surgir de ella la conclusión que el prójimo es más formado, inteligente y exitoso que uno, siendo una opción real intentar, que no es sencillo, despojar a alguien de algo, sobre todo en lo intelectual, entonces, la acción es intencional cuando no se puede superar la envida constructivamente.
¿En lo económico?, los que nacen con capital por diversas circunstancias y del derecho sucesorio pueden incrementar ese capital y se democratiza la envidia porque los humanos nacemos en diferentes categorÃas económicas, realidad infranqueable por la cual no nos podemos comparar con la gente que nace con capital. De esta forma, reiterando, se democratiza la envidia no como algo inescrupuloso o dañino.
*Es abogado corporativo, posgrados en FilosofÃa y Ciencia PolÃtica (maestrn), Interculturalidad y Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Alta Gerencia para abogados, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa (IWA-Cambridge University, USA)
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