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Domingo 24 de marzo de 2019

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Revista Dominical

Canchas Blancas 12 de Noviembre de 1879

24 mar 2019

Por: Elías Vacaflor Dorakis

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Este año, al conmemorar el 140° aniversario de la primera victoria del Ejército boliviano contra tropas chilenas en la Batalla de Canchas Blancas, aquella noche del miércoles 12 de noviembre de 1879 y; que recién en 1956 (G. Durán Gonzáles, Potosí, 10 de noviembre de 1956), la verdad histórica alcanzó ver la luz a pesar del esfuerzo gigantesco que los sectores conservadores de la política boliviana y chilena de la época hicieron para ocultar la verdad. Lo lograron, pero no pudieron evitar que un militar de carrera, el tarijeño José Ezequiel Apodaca, publicara su Memoria. Pero más pudo la aplanadora de la complicidad y; como resultado de ello, el silencio se hizo atronador. A pesar de ello, el escrito del Cnl. José Ezequiel Apodaca (Tarija, 1831 - 1888), se constituye en la primera y más determinante prueba documental y testimonial de ese fasto militar que tuvo como protagonistas a los victoriosos Escuadrones Ayacucho y Méndez y sus jefes, oficiales y tropas -en su mayoría oriundos de varias comunidades del Departamento de Tarija y; en menor número, de Potosí y Chuquisaca- al mando de los Coroneles Mariano Lino Morales de Los Reyes y Justo de Villegas del Ejército boliviano contra la caballería y artillería del Ejército de Chile a los meses de iniciada la Guerra del Pacífico.

Este año, al conmemorar el 140° aniversario de la primera victoria del Ejército boliviano contra tropas chilenas en la Batalla de Canchas Blancas, aquella noche del miércoles 12 de noviembre de 1879 y; que recién en 1956 (G. Durán Gonzáles, Potosí, 10 de noviembre de 1956), la verdad histórica alcanzó ver la luz a pesar del esfuerzo gigantesco que los sectores conservadores de la política boliviana y chilena de la época hicieron para ocultar la verdad. Lo lograron, pero no pudieron evitar que un militar de carrera, el tarijeño José Ezequiel Apodaca, publicara su Memoria. Pero más pudo la aplanadora de la complicidad y; como resultado de ello, el silencio se hizo atronador. A pesar de ello, el escrito del Cnl. José Ezequiel Apodaca (Tarija, 1831 - 1888), se constituye en la primera y más determinante prueba documental y testimonial de ese fasto militar que tuvo como protagonistas a los victoriosos Escuadrones Ayacucho y Méndez y sus jefes, oficiales y tropas -en su mayoría oriundos de varias comunidades del Departamento de Tarija y; en menor número, de Potosí y Chuquisaca- al mando de los Coroneles Mariano Lino Morales de Los Reyes y Justo de Villegas del Ejército boliviano contra la caballería y artillería del Ejército de Chile a los meses de iniciada la Guerra del Pacífico.

Es un aporte incontrastable e irrebatible sobre un capítulo polémico de la Guerra del Pacífico que "exhibe" con esmero y claridad todas las vicisitudes que experimentó él y sus camaradas de armas desde el 28 de julio de 1879 hasta el 1 de abril de 1880 por el vasto territorio potosino. Entre sus páginas figura el relato de lo sucedido la noche del 12 de noviembre de 1879 en el territorio llamado Canchas Blancas y el Parte Militar que fue remitido por el Cnl. Mariano Lino Morales el 13 del mismo mes al Gral. Narciso Campero Leyes, y cuyo responsable de llevar tan importante e histórico documento, fue -precisamente- el Cnl. Juan Bautista Ayoroa (La Paz), Primer Jefe del Batallón Chorolque 3° de Potosí.

De acuerdo al Cnl. DEM Edmundo Sanabria Morales, ex Jefe del Departamento V del Ejército Nacional, el manuscrito original escrito por Apodaca fue objeto y sujeto de una serie de acciones de parte de agentes bolivianos y chilenos para hacerlo desaparecer, pues había una consigna: la Memoria de Apodaca no debía ver la luz pública por las graves denuncias contra todas las personas que habían participado en el derrocamiento del Presidente Daza. Asimismo, menciona una importante carta escrita por el ex Presidente Daza dirigida al Dr. Luciano Valle, indicando que aquel preparaba su retorno a Bolivia para encarar su defensa. En dicha carta, Daza decía que él tenía en su poder el original de la Memoria de Apodaca. También dice que fue interceptada por agentes del gobierno del Presidente Mariano Baptista Caserta (1892 - 1896), porque con ella y otros documentos Hilarión Daza encararía su defensa ante el H. Congreso Nacional. Como todos conocemos, Hilarión Daza fue asesinado en Uyuni el 27 de febrero de 1894.

El Cnl. DEM Edmundo Sanabria Morales, que realizó su trabajo a base del ejemplar mecanografiado de la Memoria del Cnl. Ezequiel Apodaca, señaló que los gobiernos de Campero y Arce hicieron todos los esfuerzos para hacer desaparecer todo lo relacionado a dicho escrito, porque:

"?se tenía noticias que a comienzos de 1881 el que fuera Prefecto de Potosí, Dr. Buitrago, había dado a conocer esa Memoria a tres amigos de confianza, quienes sacaron copias de ella en una casa cerca de la Plaza Pichincha y que un tercer original firmado por Apodaca pero copiado en Lípez fue enviado desde el comienzo de su redacción a Tarija a doña Isolina Morales Cavero, quien entregó el documento a su madre?" "?a la muerte de esta Señora, la Memoria del Cnl. Apodaca permaneció en muchos lugares y antes de la Guerra del Chaco fue traída desde un lugar llamado Huacata a San Lorenzo, en circunstancias en que el Cnl. José Ayoroa parece que hizo alguna gestión para recogerla. Efectivamente a comienzos de la Guerra del Chaco el Cnl. Ayoroa estuvo en San Lorenzo en la casa de la Señora Concha Bejarano y María Infante quienes guardaban la petaca que contenía con otros papeles el documento del Cnl. Apodaca y la petaca pertenecían a doña Isolina M. Vda. de Pantoja. Agentes que vinieron siguiendo al Cnl. Ayoroa desde el extranjero a Bolivia parece que asesinaron esa misma noche al Cnl. Ayoroa en el hotel donde estaba alojado, sin llegar a tomar la copia de la Memoria de Apodaca, porque el Cnl. Ayoroa antes de su muerte tuvo ocasión de depositar el documento en una casa de confianza. El Cnl. Ayoroa, era hijo del Cnl. Juan Bautista Ayoroa que combatió heroicamente en Canchas Blancas y que seguramente por noticias de su padre conocía el paradero de la memoria de Apodaca".

De ahí la importancia de hacer público -por primera vez- el documento escrito en la Ciudad de Tarija en noviembre de 1966 por la Señora Isolina Morales Cavero Vda. de Pantoja (hija del Cnl. Mariano Lino Morales de Los Reyes), a petición del Director del periódico paceño Antofagasta. Se trata del segundo testimonio sobre Canchas Blancas; por lo tanto, un verdadero Patrimonio Documental Histórico de Bolivia al igual que el escrito de Apodaca. En su obra, la anciana autora refleja las vivencias que directa o indirectamente experimentó como hija del Cnl. Morales en aquel capítulo tan dramático de nuestra historia. En diez y seis páginas mecanografiadas, exhibe las vivencias que tuvo antes, durante y después de dicha guerra. Sobresalen los relatos sobre la vida de su padre, de la situación política reinante en Tarija desde el Gobierno de Melgarejo y; por último, la situación humillante que sufrieron los combatientes tarijeños a su retorno de la Guerra del Pacífico. Bajo esos argumentos, decidimos la reedición de Tarija y la Guerra del Pacífico (reedición y contextualización, Elías Vacaflor Dorakis, 2018), que fue presentado en la Casa de La Moneda (diciembre, 2018), y el Regimiento Pérez acantonado en la Ciudad de Potosí (enero, 2019)

Las consecuencias de la guerra, son harto conocidas; pero creemos que todavía la verdadera historia está inconclusa. Hay varias preguntas sin respuestas: ¿Qué hizo el Gral. Campero con toda la documentación y piezas incautadas a las tropas chilenas después de la Batalla de Canchas Blancas, que le fueron enviadas por el Cnl. Morales al Gral. Campero?

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