No es improductivo u ocioso repasar las bases de la moral que ineluctablemente tienen concomitancia con el bien y el mal; entonces, debemos asignar sentido a palabras de uso corriente como el bien y el mal, el vicio y la virtud.
Los diccionarios conceptuales definen a la moral como una ciencia que nos refiere a las reglas de conducta que se deben obedecer para propender al bien y desechar al mal. Empero, esos conceptos, hoy, no son suficientes debido a que la moral es aquello que no está bajo la jurisdicción de los sentidos, por ser apreciación del entendimiento y de la conciencia y también lo que no concierne al orden jurídico sino a la espiritualidad o al respeto humano.
Actualmente y con la evolución de las sociedades la moral es la ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia; compruebe el lector que existe diferencia entre la definición inicial y la reciente; ésta establece taxativamente: trata del bien en general.
Actualmente y con la evolución de las sociedades la moral es la ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia; compruebe el lector que existe diferencia entre la definición inicial y la reciente; ésta establece taxativamente: trata del bien en general.
El mal, en su concepción filosófica debe distinguirse en dos vertientes: el mal ético que es el moral y el físico. El mal moral es la libre decisión de la voluntad contraria al bien moral y, en segundo lugar, es la acción exterior resultante de ella y el hábito y la actitud interior malos y consolidados, aquí, es necesario, detenerse y meditar sobre el hábito al mal y la actitud hacia él con impronta de consolidación en la persona.
El mal físico es la ausencia en sí, éticamente indiferente de una perfección ontológica, es decir del tratamiento del ser en general, exigida por la naturaleza del ser respectivo, manifestado en dolor y sufrimiento.
Paradójicamente, acerca del origen del mal la explicación filosófica indica que hay que considerar, ante todo, que la acción produce algo positivo en sí, no una deficiencia, el mal, por ello, jamás tiene una causa directa a producirlo sino que resulta de un efecto secundario; ejemplificando: una causa ya defectuosa realiza su efecto propio defectuosamente; segundo ejemplo: un accidente de circulación con muerte producido por dos series causales, cada una tiende de suyo a un bien, pero cuya accidental concurrencia produce un mal.
Otro paradigmático es el de la intervención quirúrgica en cuyo desarrollo la curación del órgano excluye la conservación de una parte del mismo.
El mal ético tiene como fundamento la libre decisión de la voluntad en contra del bien y la ley moral, entonces, se distingue no solamente del mal metafísico sino también de los restantes males y daños extra éticos como enfermedad, dolor, muerte o fealdad (mal físico).
En resumen el mal moral en cuanto se opone a la ley divina se denomina pecado y en cuanto al hecho imputable o de trasunto de responsabilidad, es culpa.
(*)Es abogado,posgrados en Filosofía y Ciencia Política (maestn), Arbitraje y Conciliación, Alta Gerencia apara abogados, Interculturalidad y Educación Superior, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa (IWA. Cambridge University, USA)
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