La realidad obliga a actuar con la verdad y austeridad
20 mar 2019
Armando Mariaca V.
Pasados los tiempos de auge financiero y viviendo realidades que constan al gobierno y al pueblo, corresponde que todos, gobernantes y gobernados, actuemos basados en la verdad de nuestra realidad y observar políticas de austeridad no solamente en el campo fiscal sino también en el privado; no podemos ni debemos gastar más de lo que percibimos por el concepto que sea, sin recurrir, por supuesto, a la casi manía de contraer nuevos préstamos y menos haciendo uso de las reservas netas internacionales que ya se ven mas reducidas.
La verdad de nuestra existencia económico-financiera obliga a todo el país a entender que no debemos depender de lo poco ahorrado que se tenga y, al contrario, propender a superar situaciones difíciles mediante nuevas inversiones y fortalezas en las fuentes productivas existentes, ampliarlas en lo posible y, si existen sectores paralizados como es la producción agrícola, hacerlo sin reticencia alguna. Es preciso que al tomar conciencia de nuestra realidad, quienes han emigrado de las áreas agrícolas a las ciudades y otros centros poblados, en vana ilusión de encontrar mejores condiciones de vida, encaren su situación volviendo a sus cauces originales que, contando con la ayuda necesaria del gobierno y del mismo sector privado, pueden rehabilitar las áreas productivas del campo, especialmente en la región occidental del país.
La verdad de nuestra existencia económico-financiera obliga a todo el país a entender que no debemos depender de lo poco ahorrado que se tenga y, al contrario, propender a superar situaciones difíciles mediante nuevas inversiones y fortalezas en las fuentes productivas existentes, ampliarlas en lo posible y, si existen sectores paralizados como es la producción agrícola, hacerlo sin reticencia alguna. Es preciso que al tomar conciencia de nuestra realidad, quienes han emigrado de las áreas agrícolas a las ciudades y otros centros poblados, en vana ilusión de encontrar mejores condiciones de vida, encaren su situación volviendo a sus cauces originales que, contando con la ayuda necesaria del gobierno y del mismo sector privado, pueden rehabilitar las áreas productivas del campo, especialmente en la región occidental del país.
Muchas veces en la historia, se tuvo que enfrentar situaciones álgidas y de crisis y cuando se tuvo menos posibilidades financieras, atenidos a los propios esfuerzos y posibilidades se logró tener éxito; esta vez, ante los desafíos que se presente, gobierno y pueblo podemos superar lo que venga. Para todo ello, actuar bajo normas de aceptar la verdad de la situación sin sofismas ni planes utópicos, sin abrigar esperanzas que resulten vanas y, en lo posible, sin necesidad de creer que debemos crecer, así sea con préstamos, algo que no debe ser porque si contraemos nuevas obligaciones en el rubro de la deuda externa, lo único que haríamos es agravar la situación.
Si el gobierno quiere y se propone, seria y terminantemente, adoptar políticas de austeridad en los gastos, con seguridad que el pueblo aceptará y apoyará lo que haga; si decide ajustar trabajo y economía en las empresas públicas, es posible alcanzar éxitos; si quiere atender lo que sea necesario con lo que haya debido al propio esfuerzo de todos, es posible conseguirlo. Es, pues, deber y obligación de todos encarar los hechos basados en la verdad; de otro modo, se agravará la situación y no se podrán encarar las soluciones que el país requiere en todo tiempo y mucho más en tiempos de crisis.
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