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Domingo 17 de marzo de 2019

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Revista Dominical

Juan Orellana

El amor a San José que nació de una amistad

17 mar 2019

Fuente: LA PATRIA

Por: Ovidio Edwin Cayoja Calizaya - Periodista LA PATRIA

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La historia se remonta a la década de los 50, con varias transformaciones políticas, económicas y sociales en el país, además, con una evolución futbolística que tenía su epicentro en la sede de gobierno con el inicio de un torneo cuasi profesional.

Juan Orellana, vivía en Catavi, por ese entonces tenía unos 8 a 10 años de edad, como todos los niños de su entorno le gustaba salir por las tardes para jugar un poco de fútbol o ir a ver a los "peloteros" que se apoderaban de los precarios escenarios deportivos que existían en ese campamento minero.

Juan conocía a Silvano Valdivia, un adolescente bastante fornido, quien junto a su hermano, Juan Pedro Valdivia, y otros compañeros, era uno de los más talentosos de esa época, y mostraba sus dotes jugando para el club Strongest de Catavi.

Un día, Silvano desapareció del entorno, nadie sabía qué fue lo que pasó, enterados sus amigos se dieron cuenta que su hermano mayor Vitalicio Valdivia, había conseguido trabajo en la mina San José de Oruro y llevó a su hermano menor a que pruebe suerte en el equipo que tenía este centro minero.

Un día, Silvano desapareció del entorno, nadie sabía qué fue lo que pasó, enterados sus amigos se dieron cuenta que su hermano mayor Vitalicio Valdivia, había conseguido trabajo en la mina San José de Oruro y llevó a su hermano menor a que pruebe suerte en el equipo que tenía este centro minero.

Era el año de 1954, Juan recuerda que San José participó por primera vez en el torneo integrado de La Paz, algo novedoso, porque fue la primera vez que un equipo de otra región jugaba en la sede de gobierno un certamen oficial, de ahí fue naciendo el interés de Juan por el cuadro de la "V" azul.

Un año más tarde, en 1955, Juan, junto a otros coterráneos del distrito de Catavi, escucharon de las hazañas del cuadro orureño y obviamente de su paisano, Silvano Valdivia, y junto a él Juan Pedro, quien también fue incluido en el equipo. Era ya finales de año y el título tenía que definirse en la sede de gobierno frente al plantel de Bolívar, bastó la idea de uno para que un grupo de jóvenes entusiastas por el fútbol agarren un moral, algunas sardinas, pan y se suban a uno de los camiones que llegaban a la capital orureña y de ahí tomar el tren hasta la sede de gobierno para presenciar semejante clásico.

El partido jugado el 15 de enero de 1956, tenía un matiz especial porque los orureños prácticamente habían invadido la capital paceña; Juan Orellana, junto a sus amigos se fueron a tomar el desayuno y luego directo al estadio para aguardar el cotejo, las puertas se abrieron cerca de las 14:00 horas, un partido inolvidable con un empate de 2 goles por bando, Los hermanos Valdivia tenían su barra especial alrededor de 50 paisanos de Catavi que solo habían ido al cotejo para verlos jugar a ellos y no salieron decepcionados, fue una fiesta inolvidable con una alegría para San José ya que con ese resultado San José se coronó campeón del torneo integrado.

Al salir del escenario se volvió en un carnaval adelantado, ya que al son de la diablada, la delegación orureña se fue a la estación de trenes para el retorno hasta Oruro, el viaje duraba casi toda la noche. El lunes por la mañana, una multitudinaria caravana se inició desde la estación central y culminó en la mítica plaza 10 de Febrero.

El retorno a Catavi fue más acogedor, ya que volvieron en uno de los buses; Juan recuerda que Valdivia, al ser fornido tenía una gran pegada "hacia llegar el balón de arco a arco" recuerda, y su hermano era muy habilidoso.

Juan le tomó cariño al equipo orureño donde jugaban sus paisanos Silvano y Juan Pedro, y esa travesía que los residentes de Catavi hicieron para verlos jugar tuvo su premio, ya que al retornar al centro minero, los hermanos Valdivia en 1958, regalaron una insignia especial convertida en prendedor, donde se ve la primera estrella en el escudo de San José a cada uno de los viajeros; tesoro dqueJuan Orellana guarda celosamente, ya que para él desde ahí nació ese amor incondicional al cuadro de la "V" azul.

Juan Orellana vino a trabajar a Oruro, abrazó la carrera del arbitraje, a la par que cumplía su trabajo en la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), los años pasaron y su amor por el cuadro "santo" se hizo más fuerte, a tal punto que luego de la época de la relocalización en 1987, Juan emprendió otros rumbos llegando a La Paz donde vive actualmente.

La lejanía de su Oruro y su querido San José, le motivaron para hacer algo para que se resguarde la memoria del plantel orureño, fue así que por los últimos 15 años empezó a coleccionar todos los recortes de periódicos y los suplementos deportivos del matutino LA PATRIA, donde aparecía el cuadro de San José. En principio el trabajo era complicado, ya que al no tener un buen soporte, los periódicos se deterioraban con facilidad, luego le nació la idea de encuadernarlos y así crear álbumes.

Juan Orellana quiso que este trabajo perdure y sea de manejo público, por ello empezó a donar sus colecciones a la Biblioteca Municipal de Oruro, para que las nuevas generaciones conozcan un poco más de la rica historia del cuadro orureño.

Fuente: LA PATRIA
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