Sábado 17 de julio de 2010
ver hoy
En los últimos años estudiosos de las diferentes especialidades se olvidaron de mirar a los barrios periurbanos de las ciudades de nuestro continente; miradas de estos que confundieron a los lectores transmitidos en los textos, libros, etc. por los enfoques de pobreza; miseria y calamidades que se reflejan es estos.
Lo paradisiaco de los lugares sin sentido de ser habitables; compartiendo los espacios con animales inconcebibles; que caminan hasta en las ollas de los desdichados habitantes de los suburbios de nuestra América. ¿Conocemos en realidad estos barrios? o sólo escribimos los rebotes de nuestra consciencia. Los espacios habitacionales en la historia; aquellos que nos llamaron la atención, son los lugares de los hombres y mujeres, que ahora es necesario abrir la discusión sobre un tema básico y siempre presente en la historia. Los espacios y los lugares no son sólo consecuencia de relaciones político-económica sino también son sensibilidades que impregnan la vida, las relaciones sociales de los hombres y mujeres que viven en sociedad.
Durante años, las categorías utilizadas en la lectura del desarrollo territorial se han apoyado en una idea central que atraviesa las nociones de ciudad/campo, centro/periferia. Hoy nuevos pensamientos abordan la problemática estudiando la sensibilidad de los espacios urbanos y de los lugares domésticos, viendo a la ciudad y los lugares de vida, como sistema de relaciones de inclusión-exclusión, de poder, de generación de fronteras reales e imaginarias, surgiendo la ciudad y la vivienda como un componente presente en cada una de estas aproximaciones históricas.