Sábado 16 de marzo de 2019
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Revista Tu Espacio
RESPUESTAS DE PSICOLOGÃA
Trastorno de la personalidad antisocial
16 mar 2019
Por: Lic Mg. Sc. (c) Rodrigo Aliendre Ramirez - Exclusivo para Tu espacio.
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Conforme se realiza evaluaciones psicológicas de personalidad nos encontramos con niños, niñas y adolescentes, con rasgos especÃficos de manipulación y engaño en el discurso, que nos llevan a diagnósticos que son tomados con delicadeza y cuidado por la connotación que implica para nuestra sociedad y el entorno en donde se desarrolla el paciente. La sociopatÃa, psicopatÃa o trastorno disocial, son otros nombres por los que se conoce este trastorno que explicaremos en este artÃculo.
El trastorno de la personalidad antisocial es un patrón general de desprecio y de violación de los derechos de los demás que comienza en la infancia o en la adolescencia temprana y que continúa en la edad adulta. No se ajustan a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal. Pueden perpetrar reiteradamente actos que son motivo de detención (aunque no se les llegue a detener), como destruir una propiedad, también pueden hostigar o acosar a otras personas, robar o involucrarse en actividades ilegales. Las personas con este trastorno desprecian los deseos, derechos o sentimientos de los demás. Frecuentemente son mentirosos y manipuladores con el fin de sacar provecho personal o por placer (p. ej., para obtener dinero, sexo o poder). Pueden mentir repetidamente, utilizar un pseudónimo, estafar a otros o simular una afección. El patrón de impulsividad se manifiesta por la incapacidad para planificar el futuro. Las decisiones se toman irreflexivamente según el momento, sin premeditación y sin tener en cuenta las consecuencias para uno mismo o para los demás, lo que puede dar lugar a cambios súbitos de puestos de trabajo, residencia o relaciones. Los individuos con trastorno de la personalidad antisocial tienden a ser irritables y agresivos, y pueden involucrarse en peleas o cometer actos de violencia fÃsica (incluyendo el maltrato a la pareja o a los hijos). Estos individuos también muestran despreocupación e imprudencia ante su seguridad o la de los demás. Esto se refleja en su comportamiento al conducir (el exceso de velocidad recurrente, conducir en estado de ebriedad, accidentes múltiples). Pueden realizar actividades de alto riesgo con consecuencias muy dañinas, como mantener relaciones sexuales sin protección o consumir sustancias. Pueden ser negligentes en el cuidado de los hijos, de tal manera que les pueden exponer a situaciones peligrosas. Este grado tan elevado de irresponsabilidad se evidencia, en el contexto laboral, en que permanecen largos perÃodos de tiempo desempleados a pesar de contar con puestos de trabajo disponibles, o por el abandono de varios empleos sin un plan realista para conseguir otro trabajo.