Viernes 15 de marzo de 2019
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Con la ética se estructura el modo de conseguir la libertad interior o el camino que ayuda a obtenerla. Fundamentalmente es la potencia de la razón que puede contra las afecciones que habÃamos tratado con cierta profundidad en una anterior columna, y lo que también es la libertad del espÃritu. La potencia de la razón tiene imperio sobre las afecciones para reducirlas y gobernarlas.
En la antigüedad los estoicos creyeron que las afecciones dependÃan absolutamente de nuestra voluntad y que se podÃa gobernar sobre ellas. Sin embargo, las experiencias y los principios les obligaron a reconocer la necesidad de un asiduo ejercicio y de un largo estudio para reducir y gobernar las afecciones.
De lo expresado se deduce que no hay espÃritu alguno, por débil que sea, incapaz de adquirir con una buena dirección, un poder absoluto sobre las pasiones. Ã?stas son consecuentes a su definición conceptual y a la ciencia de las palabras, asÃ: son percepciones o sentimientos, o emociones del espÃritu que se relacionan exclusivamente con él.
Algunos axiomas, entendidos éstos como sentencias que contienen verdades, ayudan a aproximarse a la comprensión sobre este difÃcil tema, asÃ: si se excitan en una misma persona dos acciones contrarias, deberá ocurrir un cambio en ambas o en una de las dos, hasta que cesen de ser contrarias o, la potencia de un efecto se define por la potencia de su causa en la medida en que se explica o define por la esencia de su causa.