Mi amigo Guimer Zambrana -que fue quien me ayudó a encontrar los restos del escritor Carlos Medinaceli- me mandó el lunes el "Catálogo de la librerÃa del que fue Dr. Modesto Omiste", impreso en la TipografÃa Italiana, de PotosÃ, en abril de 1903.
Ese es el destino que corrieron las bibliotecas de muchos grandes hombres y hasta de los más prolÃficos investigadores. En 1984, por ejemplo, falleció el mayor historiógrafo de PotosÃ, Mario Chacón Torres, sin dejar descendencia. Hasta hoy es un misterio el destino que pudo haber corrido su prestigiada biblioteca.
Pasa que no todos tienen el mismo aprecio por los libros y, por ello, estas fuentes documentales y de información corren riesgo de desaparecer. Es el destino que amenaza, actualmente, a la biblioteca de Armando Alba, otro ilustre personaje potosino, conocido por haber rescatado la Casa de Moneda y crear la Editorial PotosÃ, de feliz memoria. Esta igualmente prestigiada colección se encuentra actualmente arrinconada en uno de los cuartos de la casa que comenzó a desmoronarse el pasado 25 de febrero, cuando se hundió el techo de la planta alta.
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