Niños envían mensajes a la conciencia

Muchos padres aprovecharon el Corso Infantil del domingo reciente para enviar mensajes a través de sus niños, disfrazándolos con material reciclado o caracterizándolos con algún elemento relacionado a la naturaleza, con carteles de reflexión sobre el cuidado del medio ambiente.

Cada gestión que transcurre en el tiempo, son más los mensajes relacionados a la ecología que se muestran en los disfraces de los niños que participan en el corso que organiza el Club Ateniense, en que los protagonistas son precisamente los pequeños.

Los padres aprovechan para llegar a la conciencia de las personas a través de sus hijos, y este año no fue la excepción, se vieron disfraces de botes de basura, árboles que piden que no se los tale, gotas de agua solicitando a la gente que no se malgaste el líquido elemental, inclusive llamó la atención el disfraz de un niño que se vistió del árbol que fue talado para construir una gradería.

Por otra parte, los imaginativos padres elaboran trajes para sus hijos con material reciclado, fue el caso de una pequeña cuyo vestido estaba elaborado de CDs que ya o sirven y otros elementos de reciclaje.

Sirven materiales como discos en desuso, cartones, bolsas plásticas, botellas pet y otros, que con un poco de ingenio se convierten en interesantes disfraces que los pequeños lucen y conquistan al público con su inocencia, de esa manera llegan a la conciencia de grandes y chicos.

Es plausible ese gesto de enviar mensajes acerca del cuidado del medio ambiente y otros que llegan a la conciencia de las personas, porque no puede haber mejor oportunidad para lograrlo.

Sin embargo, ese recurso de concienciar a la ciudadanía a través de trajes ingeniosos y apelando a la inocencia de los pequeños que llaman la atención de grandes y chicos, debería repetirse en campañas a favor de medio ambiente, para que todos aprendamos a cuidar nuestro planeta y el hábitat que nos cobija.

Si no tomamos conciencia de la importancia que tiene cuidar nuestro medio ambiente, poco a poco iremos matando nuestro propio hogar y las futuras generaciones no tendrán un lugar dónde vivir o por lo menos que ofrezca las condiciones mínimas de habitabilidad.

Los niños, por su misma candidez llegan al alma de las personas que de inmediato asumen medidas para evitar el daño que pueden estar causando con acciones negativas que van en desmedro de los ecosistemas y de la naturaleza.

Pero aún existen ciudadanos que no entendieron el mensaje y siguen botando toneladas de basura, siguen contaminando el mundo y derrochando agua, a aquéllos se les pide tomar en cuenta lo que los niños quieren pedirnos y es que les dejemos en herencia un lugar digno, sano y limpio para vivir.

Fuente: LA PATRIA