Miercoles 13 de marzo de 2019
ver hoy
Muchas veces se dice que cumplir con los compromisos da idea de la calidad de persona que se es; ser leal y fiel es sÃmbolo de decencia y moralidad; honrar lo pactado es sinónimo de honestidad; cumplir lo prometido es muestra de honradez; decir la verdad es caracterÃstica de quien es limpio de sentimientos; pagar lo que se debe es señal de virtud y limpieza; cumplir lo prometido es prueba de decencia; y muchas otras máximas que pueden ser señal de honestidad, honradez y responsabilidad; pero, lamentablemente, en la vida diaria de los pueblos, muy poco se da cumplimiento a estos principios.
Aplicar muchos de ellos a la polÃtica partidista mostrarÃa cuánto se puede encontrar en quienes abrazan ideologÃas o doctrinas que, forzosamente, se basan en normas, reglas y principios.
Ante la presencia de posibles acontecimientos electorales abundan las promesas y propósitos de quienes aspiran a algún cargo público que sea determinado por el proceso de votación. En muchos casos, se considera demagogia o populismo la formulación de promesas y principios porque las experiencias muestran que poco o nada se cumple; en otras palabras, son los militantes de corrientes polÃtico-partidistas los que empobrecen normas y principios, los que tergiversan el sentido que tienen o son los que manejan todo ello sólo conforme a sus intereses y conveniencias.
