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Domingo 10 de marzo de 2019

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Revista Dominical

En el Estamento de los Huaris de la "Frater":

El bronce y el cuero en la vestimenta de los diablos

10 mar 2019

Por: Jorge Lazzo Valera - Periodista

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Lujosas máscaras fabricadas en latón de bronce ponen a prueba la plasticidad, destreza, experiencia y el diseño de tres hábiles artesanos mascareros que unieron 72 piezas, para ensamblar una careta de lucifer de color marrón anaranjado fruto de la creatividad y de la investigación familiar.

Los integrantes de la familia, Cruz, el padre Benito Cruz Pabón con 80 años, y los hijos Gonzalo y Jorge Cruz Quispe, rescatan la tradición de 60 años celosamente guardada por su progenitor, que es el guía y mentor para fabricar siete hermosas máscaras de bronce exclusivas para los diablos del Estamento de los Huaris de la Fraternidad Artística y Cultural "La Diablada", institución folklórica que celebra 75 años de fundación.

El uso del noble metal que es una aleación de cobre y estaño permitió confeccionar una artística máscara cuyo diseño se obtuvo en casi medio año con participación directa de don Benito, en base a su experiencia, como forjador de metales desde su juventud y el primero que en 1972 fabricó en bronce las mascarillas de moreno, existiendo dos atesoradas, en París en la Embajada de los Estados Unidos y en el Museo Etnográfico dependiente del Ministerio de Culturas en La Paz.

El uso del noble metal que es una aleación de cobre y estaño permitió confeccionar una artística máscara cuyo diseño se obtuvo en casi medio año con participación directa de don Benito, en base a su experiencia, como forjador de metales desde su juventud y el primero que en 1972 fabricó en bronce las mascarillas de moreno, existiendo dos atesoradas, en París en la Embajada de los Estados Unidos y en el Museo Etnográfico dependiente del Ministerio de Culturas en La Paz.

Los hijos, Gonzalo, profesor de Artes Plásticas en la Escuela de Bellas Artes de La Paz y, Jorge, licenciado en Administración de Empresas y líder de microartesanos, tienen una experticia de 40 y 25 años respectivamente, a lo que su suma su talento y la formación de soldador de su padre, que en principio reparó anafes de bronce, logrando dominar este noble metal para luego fabricar las caretas de moreno, sombreros, cadenas y otros accesorios para diablos y morenos, siendo el precursor de las máscaras "tres en uno", uniendo la careta, el sombrero y la peluca para morenos.

"Cuando se va hacer de bronce se hace de bronce", es la férrea afirmación de don Benito Cruz, que después de 17 años retomó su viejo cautín y su soplete para modelar junto a sus hijos cada una de las piezas que ahora se convirtieron en caretas de lucifer o satanás por la corona que tiene 12 piezas soldadas por atrás al igual que la cara de la máscara donde se unió 32 piezas y la boca con ocho piezas dentarias y dos colmillos, junto a otras que suman 72 piezas de la careta; cada pieza es forjada y modelada usando cinco variedades de martillo, entre pequeños y grandes, para lograr una obra de gran artesanía y mucha creatividad.

Los Cruz, artesanos de vocación innata, ponen a prueba que el bronce fue la primera aleación de metales que logró el hombre y fabrican su propia soldadura, con viejas barras de soldadura de estaño que en su mejor época vendía la Fundición de Vinto, material celosamente guardado por Benito Cruz, siendo el bronce la aleación básica para artesanos y orfebres que utilizan para fabricar medallas y esculturas.

En el Centro Artesanal "Berna" de Benito Cruz e hijos, para cada carnaval se fabrican 300 máscaras folklóricas de diablo, lucifer y morenos, así como mascarillas para las chinas diablas y morenas, además de accesorios como barrilitos y cuernos donde los danzarines llevan su "ñufla", cadenas y sobreros, utilizando además hojalata y ahora con exclusividad el bronce, con nuevas técnicas descubiertas para el modelado de las láminas del metal, que se presenta en una mezcla entre marrón y anaranjado.

La máscara de bronce tiene un peso aproximado de 4.800 gramos, casi cinco kilos, y resulta ser más liviana que una de hojalata, pero construida con mejor y material más resistente, menos pesada que una de yeso que supera los siete kilos. Su costo es superior a los 7.500 bolivianos y se fabricaron sólo siete que tienen la exclusividad para ser utilizadas por los devotos-danzantes del Estamento los Huaris de la "Frater".

ESTAMENTO HUARIS

El nacimiento del personaje del diablo que es la esencia del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, declarado por la Unesco, está enraizado en la filosofía del hombre Uru, por tener una forma peculiar que se expone de forma bifacial mostrando en la parte superior el rostro de una mujer y en la inferior de la Tiw que representa al dios Huari, cornúpeto, que se mostraba cotidianamente en la fiesta de la Lama llama.

Así la base y esencia del Carnaval de Oruro se origina en la danza de la Diablada, que resulta ser netamente orureña, representando a las prácticas atávicas nacida durante las actividades de los antiguos urus, rescatando los usos y costumbres de sus abuelos o antepasados que además repercute en lo más profundo de la conciencia social de esta cultura primigenia que logró vencer al incario y la colonia, preservando su raíz ancestral, vestimenta y su lengua el puquina o uruchipaya.

Rescatando la parte mitológica del Carnaval de Oruro, se tiene que el dios Huari envió cuatro plagas para atemorizar a la población citadina, habiendo llegado el sapo, el lagarto, la víbora y las hormigas, todos gigantes, para atacar siendo enfrentadas por la ñusta que derrotó y dominó a las plagas convirtiendo en piedra y arena, lo que permitió identificar a la Virgen del Socavón como la protectora de los urus y de donde nace el culto y la fe que se trasunta en la religiosidad del pueblo.

El culto a la Virgen de la Candelaria o del Socavón se remonta a las últimas décadas del siglo XVI, cuando se descubrió la imagen de Virgen pintada sobre un tapial por un autor desconocido, lo que motivó al construcción de una hornacina o ermita primitiva que fue reemplazada por una capilla y llegando al siglo XIX, por un templo ahora convertido en el Santuario del Socavón, que se proyecta convertir en Basílica, donde se venera la imagen del Virgen María en la advocación de la Virgen de la Candelaria o del Socavón como intercesora y mediadora por Cristo ante Dios Padre.

El Estamento de la Huaris de la Fraternidad Artística y Cultural "La Diablada" tiene antigüedad de dos décadas y está integrado por profesionales, empresarios que viven en el país y el exterior, que participan cada año en la Entrada y el Corso del Sábado y Domingo de Carnaval. Inicialmente estuvo formado sólo por 20 varones, a partir del Carnaval del año 1998, mostrando el donaire de su baile y la elegancia de sus trajes, recuperando el denominativo de los "pijes" como se conocía en sus inicios a los diablos de la Fraternidad.

Son fundadores los hermanos Reynaldo y Adolfo Peters Arzabe, sus hijos Germán, Adolfo y Martín Peters Sánchez y Germán Peters Chávez, respectivamente. Carlos Antonio Miranda, Stephan Peláez Arguedas, Ramiro Arzabe Vázquez, el estamento se abrió y se incorporó un grupo de damas profesionales, orureñas residentes en La Paz, que formaron el grupo de las "Warmi Waris", entre las que podemos citar a las hermanas Peñaranda Bojanic, Raquel Mallea, Paola de Cordero. El grupo creció y se incorporaron otros profesionales, residentes en Oruro, La Paz, Washington, Nueva York y Dresde - Alemania. Actualmente podemos citar a Jorge Valenzuela, Jorge Guzmán, Mario Molina, Sergio Zambrana Freddy Peñaranda, Justo Tórrez, Christian Mancilla, Álvaro Díaz , Luis Ramiro García y Andrés Martín Lazzo.

TRAJES DE CUERO CON HILOS DE ORO

El trabajo del artesano y bordador Freddy Echeverría Calderón, en cambio se ve reflejado en la innovación que realiza cada año, en coordinación con los directivos del Estamento de los Huaris, quienes diseñan los trajes, aprueban y confeccionan para mostrar su renovado arte.

Este año las lujosas capas, pecheras, pollerines, guantes y puñeras fueron bordadas con "hilos de oro" Milán de primera y con incrustaciones de piedras preciosas japonesas legítimas, para destacar el diseño que incluye el simbolismo de las cuatro plagas, así como un diablo tradicional que muestra la riqueza y colorido del Carnaval y su diablada.

El trabajo del artesano fue arduo, puesto que compró el cuero en la Argentina y trajo a Bolivia, para bordar con apoyo de otros cinco miembros de su familia y dos ayudantes, quienes colocan las piezas en los bastidores, para tener un producto final de alta calidad.

Freddy Echeverría tiene una experiencia de más de 20 años y realiza los bordados y confecciona los trajes de los diablos, diablesas y lucíferos de la Fraternidad "La Diablada" por varios años. Presenta ahora en el diseño de los bordados el formato 3D que supone ver en alto relieve los adornos y alegorías que se presentan en cada capa y los otros accesorios que usan los Huaris que son siete integrantes que lograron la confección de sus trajes de igual forma y siempre manteniendo un nivel impecable para una exitosa presentación en su danza en honor de la Virgen del Socavón.

Se estima que el valor de los trajes supera los 20.000 bolivianos, sumando todas las piezas que se integran para lucir cada año una nueva salida para estar presentes en la mayor fiesta de la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, como reconoce la Unesco al Carnaval de Oruro, que es el Mejor Carnaval del Mundo.

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