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Domingo 10 de marzo de 2019

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Cultural El Duende

Antonio Terán Cabero

10 mar 2019

José Antonio Terán Cabero. Cochabamba, 1932. Abogado, escritor y poeta. Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal 2003 por su poemario Boca abajo y murciélago. Además es autor de Puerto imposible (1963), Y negarse a morir (1979), Bajo el ala del sombrero (1989), Ahora que es entonces (1993), De aquel umbral sediento (1998), Obra poética (2013) y A fugitivas sombras doy abrazos (2018) de donde se han tomado los poemas que aparecen a continuación

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lenguaje y vida

no se retuerce tanto aquel gusano

huyendo del anzuelo

ya atrapado en su muerte de carnada

como este ser perplejo ante el poema

porque sus palabras no encarnan en el mundo

porque están vivas en su propia vida

pero no en la vida de la vida

la imagen del espejo tiembla y llora

pero el grito no le pertenece

iracundos los ojos

pero no puede aplastar de un puñetazo

a su verdugo

el iluso no ha leído a wittgenstein

y menos a saussure

de los sabios no sospecha

sino la punta de la media

se ha perdido en el infierno

de las terminologías

lo indecible

nadie habita en los huesos

de quien murió de vértigo y de insomnio

sólo la noche lo recuerda en el donaire

de un rocío cualquiera

o en los ojos que lo vieron pasar

por esa esquina para siempre desierta

duerme ahora su sueño bajo tierra

vela su nombre el silencioso

dueño de la hierba

y porque las palabras no pueden

dibujarlo en esta página

dibujarlo en esta página

la luna alumbra un hueco sin memoria

y hablar de historias inconcretas

esta es la impostura de la letra que dice

una obsesiva y sola ausencia

los espectrales

un velorio tras otro los amados

desaparecen simplemente

del modo más infame

sin despedirse delanteros se van

por donde habían venido

y tú viejo poeta todavía sollozas

"morella viene en las noches

de las lámparas azules"

pamplinas señor mío clama el docto

morella se murió y naquehacer

punto y amén

no sabe el señor suyo

que rondan por las noches

como hambrientos zancudos

de salto en salto contrariando

los axiomas profundos

los elementos

he de irme de aquí sin haber conocido

el hilo primero de la rueca

y menos los meandros de la extraña madeja

sin reconciliarme yo conmigo

ni con las formas ígneas que tatuaron

los demonios oscuros en mi carne

el fuego ya no está

el fuego que da al amor absoluto

el fuego que destruye

las resinas ardientes

que alumbraban los rostros

en el júbilo y el vino

ya ni siquiera es cíclica esa danza

nos mira cenicientos el sol

introito

es la hora de perderse

en los enigmas verdaderos

en el caos del mundo en los pedazos

que dejan las espadas carniceras

y no es el caos de tantas pudriciones

que gustan a la muerte comunera

después de haber hurgado

en la basura de la historia

es el otro

el misterioso caos de las leyes invisibles

que el escribiente husmea en el poema

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