Más obra pública es la fórmula paraguaya contra la desaceleración económica

Invertir unos 900 millones de dólares en obras públicas es la respuesta que esta semana dio el Gobierno paraguayo a los signos de desaceleración económica, que atisban ya tanto los empresarios como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que rebajó su previsión de crecimiento siete décimas para 2019.

El Equipo Económico Nacional (EEN) decidió elevar el gasto en infraestructuras hasta alcanzar esa cifra en el ejercicio de 2019, un leve aumento frente a los 812 millones presupuestados para todo el Ministerio de Obras Públicas en este año, y que priorizará las inversiones "con alto impacto a corto y medio plazo".

Según el EEN, dicha inversión supondrá un aumento del 12 % respecto a lo gastado en 2018 y el objetivo de propiciar un "efecto multiplicador positivo" para la economía, a través de la generación de empleo directo e indirecto en los rubros anejos a la construcción.

La decisión del EEN, formado por los ministerios de Hacienda, Industria, Obras Públicas, Agricultura, Exteriores y el Banco Central del Paraguay (BCP), se produjo una semana después de que Pilar, una de las mayores manufactureras textiles del país, anunciara la suspensión de sus actividades una semana al mes.

La compañía aplicará dicha medida por un plazo de 90 días, debido a la brusca reducción de sus exportaciones a Brasil y Argentina, por la devaluación de sus respectivas divisas.

Un caso que, para la patronal Unión Industrial Paraguaya (UIP) afecta no sólo al sector textil, sino a muchos otros sectores de la economía nacional, en la que perciben una "recesión en general".

Ello pese a que el propio EEN mantuvo las perspectivas de crecimiento en torno al 4 % para este año.

Una estimación optimista para el FMI, que también esta semana rebajó su previsión de aumento del Producto Interno Bruto (PIB) al 3,5 % para este año, desde el 4,2 % que afirmó que crecería en su informe de Perspectivas Mundiales del pasado octubre.

De confirmarse esa cifra sería un golpe para la economía paraguaya, con un crecimiento estable en torno al 4 % desde hace más de una década, gracias a unas políticas macroeconómicas "prudentes" y al mantenimiento de un "bajo déficit" estatal, según el FMI.

Una misión técnica del organismo, que evaluó la coyuntura económica del país, explicó ese menor crecimiento por la sequía, que reducirá la cosecha de soja, una de las principales exportaciones paraguayas.

Y también por el descenso del comercio y el turismo transfronterizos, afectados por la situación cambiaria en Argentina y Brasil, que no obstante cree que se corregirá este año.

El Gobierno también apunta a que se trata de una "desaceleración puntual" de la economía, provocada por "factores externos", en referencia al abaratamiento de los productos argentinos y brasileños, respecto de los paraguayos, cuyo principal mercado es el Mercosur.

La fuerte devaluación del peso argentino, que en 2018 perdió cerca de la mitad de su valor, contribuyó a que la economía del país austral se contrajera un 2,6 %, mientras que la brasileña creció un 1,1 %.

El Equipo Económico volverá a reunirse el próximo miércoles y analizar otras medidas, como la adjudicación de créditos favorables a pequeñas y medianas empresas y a la compra de viviendas para dinamizar una economía que, según los datos del FMI, creció en 2018 un 3,75 %, frente al 4,2 % que estimó el Gobierno.

El crecimiento registrado hubiese sido menor de no ser por el repunte de la demanda interna, ya que en el segundo semestre el crecimiento se ralentizó bruscamente, coincidiendo con las mayores caídas del peso argentino respecto al dólar estadounidense.

Además, uno de los factores de riesgo para la economía paraguaya, según el FMI, es la tendencia bajista de los precios de los productos básicos, como los agrícolas, cuyo alto valor contribuyó a la estabilidad macroeconómica de Paraguay en los últimos años.

Fuente: Asunción, 8 mar (EFE)